Por fin, sale del ascensor, la veo caminar -Oh Dios mío, que mujer- digo en un susurro, se ve muy bella con ese vestido negro ajustado a su cuerpo, pasa cerca de mi auto y veo como lo queda mirando un instante, ¿qué pensará?, después de unos segundos sube a un nissan, ¡un V16!.
-Pero cómo puede tener ese
auto, si es tan feo el modelo- digo detrás del volante que me esconde de la vista de la "Señorita Santelices"
Arranca su auto,
yo doy contacto a mi Ferrari negro, demoro uno segundos y bajo mi cabeza para buscar música desde mi celular y nuevamente la elijo ya llevo días escuchándola home de Bublé, es hermosa, y dice lo que yo siento en este momento, sólo quiero estar cerca de ella. Por fin puedo poner primera a mi Ferrari y acelero, sí, tengo un Ferrari y me encanta, la verdad es
que no soy quién, le digo ser al Señor Santelices, ni a mi tío, hay un secreto que guardo desde los veinticinco años y nadie jamás debe saberlo, pero eso es otro tema.
Al salir del estacionamiento, para ir en persecución de Catalina, me doy cuenta que no está, mierda está mujer
es muy buena conduciendo, aunque tiene un auto horroroso, no puedo negar que es
buena conductora, incluso me atrevería a decir que es mejor que yo, es buenísima, cuando al fin doy con ella se me vuelve a escapar al dar el semáforo luz verde sale igual que el corre camino, veloz y a mi sin pensar, más que poner primera y acelerar de inmediato si no quiero perderla de vista, adelanta como una profesional, sabe exactamente donde acelerar y cuando frenar, si mi oido no me falla utiliza mucho cambio, lo cual es bueno mantiene mayor seguridad en la conducción.
Cuando por fin termina su carrera se estaciona
fuera de un edificio, comienzo a buscar un estacionamiento para mí sin levantar sospechas de mi presencia en el lugar, no la dejaré que me sorprenda por segunda vez, ya me "arrestaron" una vez, no de nuevo, cuando al fin encuentro un lugar que no está muy cerca de la entrada del edificio bajo de mi auto, me apresuro, tengo que acercarme a ella antes que entre, cuando ya me encuentro
a unos centímetros de ella, no se si tocarla, sujetarle de su cintura, pero olvido esos pensamientos, decidiéndome mejor por -Tenemos que hablar- gira su cabeza.
Veo que tiene
miedo, camina rápido, la sigo.
Sube al ascensor,
y por fin me deja entrar a su casa, tan hermosa, es hermosa, pero hombre si no
te debes enamorar, no otra vez.
Entro a su
departamento, es bonito, si pero, creí que sería más elegante, recuerdo que es
sola, trabaja todo el día.
-Te vas a
quedar mirando todo el rato?- me interrumpe mis pensamientos.
-No, gracias
por dejarme pasar- y cierra la puerta detrás de mí.
-Bueno,
ahora dime a qué vienes- siempre es así?
-Veo que
eres directa- no sonríe, sólo me mira, no veo ni una sola emoción en su
rostro, que mujer, es una mujer de hierro acaso?.
-Me puedo
sentar?- le pregunto y ella asiente. Me siento en un sillón de cuero café
bastante cómodo.
-Entonces?-.
Que mujer más impaciente, pero me gusta, ya veo que no pierde el tiempo y ahora
voy entendiendo a mi tío porque le gusta su trabajo y que no la quiera perder.
-Ya sabes
quien soy, si que me ahorro las presentaciones. Vengo por tu padre- y veo
que se estremece por decirle esa palabra, me da curiosidad -¿Qué
sucede?- No dice nada. -Luis Santelices, está muy enfermo, tiene
cáncer, y le queda muy poco de vida, él quiere que te hagas cargo de sus
empresas- espero a que me diga que si, para poder empezar con la otra parte.
-A mí no me
interesa nada de él, si se muere mejor y por sus empresas está mi madre- Se para y se marcha cerca de la puerta, comienza abrirla -Si eso es
todo, es mejor que te vayas, no quiero ser grosera más de lo que ya eh sido
contigo, por favor ándate es mejor para ambos.- Yo no quiero irme, quiero
terminar a lo que vine.
-Yo no eh
terminado, sucede, que si tú no tomas la posesión de la empresa de tú padre, lo
harán los Ossandón- Y yo no quiero, es mucho pedir?
-Y por qué?,
yo tengo entendido que ellos no tienen ni acciones en la empresa, son sólo
empleados- me mira con intriga , no entiende, es complicado de explicar. Cierra la puerta.
-Si, son sólo empleados, pero eso fue hace tiempo, ahora ya tienen capital y han obtenido el suficiente como para ser socios con mi jefe- digo así para que no se ponga mal y no se cierre como ostra - pero al
morir Don Luis, y si tú no reclamas tú herencia, ellos tomarían posesión de la
empresa haciéndola suya. La historia que tú me contaste, tiene cosas que calzan
y otras que son vagas para mí, las cuales tú ... digo Santelices no quiso completar- y ojala tú quieras hacerlo.
-Las cuales
yo no te rellenare tampoco- tan pesada, pero qué se cree.
-Ya veo,
debe ser muy grave o muy terrible- le lanzo el comentario para ver si salta la liebre y me da información.
-Bueno si
eso es todo, puedes irte- En serio?, está mujer no tiene sentimientos, con que frialdad se dirige a su padre y todo lo que lo rodea. Pero antes le preguntaré, finalmente si no quiere ir alla ella, pero es abogada.
-¿Qué pasaría si tú padre firma cediendo, sus derechos de la empresa a esta persona, o un papel?.
- Tú dices, que firmo un papel, en cual estipula que cede sus derechos hereditarios?- Es lo mismo que dije, porque se complica tanto. Asiento con la cabeza -Es ilegal.- Qué! en serio?
- Sí, porque no puede hacerlo, es más bien moralista esa norma legal, en la qué prohíbe suceder a una persona viva, aún cuando ella este de acuerdo, porque la persona que fuere beneficiaria, podría mandar a matar. No me digas que hizo eso?.
-Sí y ahora quiere anularlo, le dijeron que no se podía, claro, siempre dicen eso, porque es difícil de probar.- ella asiente.
Es mejor irse así que me levanto del sillón café, me voy, sé que no dirá nada, esa información debe procesarla y luego comunicarme que es lo que ella quiere hacer y comunicárselo a mi jefe yo por mi lado. -Pero antes de marcharme, te dejo mi numero por si es que quieres preguntarme algo.- Mira el papel en mi mano, siento que duda para tomarlo me mira directamente a mis ojos, cómo si buscara algo y, gracias al cielo toma mi numero y lo guarda.
-¿Qué pasaría si tú padre firma cediendo, sus derechos de la empresa a esta persona, o un papel?.
- Tú dices, que firmo un papel, en cual estipula que cede sus derechos hereditarios?- Es lo mismo que dije, porque se complica tanto. Asiento con la cabeza -Es ilegal.- Qué! en serio?
- Sí, porque no puede hacerlo, es más bien moralista esa norma legal, en la qué prohíbe suceder a una persona viva, aún cuando ella este de acuerdo, porque la persona que fuere beneficiaria, podría mandar a matar. No me digas que hizo eso?.
-Sí y ahora quiere anularlo, le dijeron que no se podía, claro, siempre dicen eso, porque es difícil de probar.- ella asiente.
Es mejor irse así que me levanto del sillón café, me voy, sé que no dirá nada, esa información debe procesarla y luego comunicarme que es lo que ella quiere hacer y comunicárselo a mi jefe yo por mi lado. -Pero antes de marcharme, te dejo mi numero por si es que quieres preguntarme algo.- Mira el papel en mi mano, siento que duda para tomarlo me mira directamente a mis ojos, cómo si buscara algo y, gracias al cielo toma mi numero y lo guarda.
Me voy de su
departamento, pero que carácter, lo malo es que me está gustando, Alejandro
quítatela de la cabeza, no puede suceder nuevamente lo mismo, no te puedes
enamorar, pierdes la cabeza, pero es tan hermosa.
Me subo a mi
ferrari, y me voy a mi departamento.
Debo investigar a
los Ossandón sé que ellos algo se traen, mi intuición no es tan mala. Nota
mental.
Han pasado los días, y le eh estado dando vueltas, porque los Ossandón quieren la empresa?, y si ellos inventaron todo para que me fuera?, pero nadie obligo a Santelices a hacerme lo que me hizo, y eso no tiene perdón.
Nota: La norma legal, expuesta existe en Chile, en el artículo 1463 del Código Civil, y por indagaciones Nuestra Legislación, es parecida a la Mexicana, la cual está en el artículo 1826 del Código Civil de este país.
***
Han pasado los días, y le eh estado dando vueltas, porque los Ossandón quieren la empresa?, y si ellos inventaron todo para que me fuera?, pero nadie obligo a Santelices a hacerme lo que me hizo, y eso no tiene perdón.
Es sábado, me levanto, estar en mucho tiempo en la cama me hace mal, me duele la cabeza, me preparo un desayuno, con leche, tostadas y miel. Me visto con ropa deportiva, veo la hora, las nueve y treinta de la mañana, salgo a correr, para despejar las ideas. Después de cinco kilómetros, estoy sudada, y lo único que quiero es ducharme con agua caliente. Entro a mi departamento, lo primero que hago es tomar un vaso de agua por la deshidratación, dejo el vaso de agua en el lava plato, mientras camino me voy sacando la ropa y la voy dejando tirada en el suelo, voy al baño, y abro la llave del agua caliente, meto un pies en la tina para sentir el calor del agua, ahora la dejo correr por mi espalda, luego por mi nuca, desperezo mi cansancio por el trote, siento como los músculos se relajan, y quedo un rato debajo del chorro de agua, se siente muy bien, me echo champú en el cabello, lo retiro y me pongo el acondicionador, para dejar suave mi cabello finalmente corto la llave del agua, tomo una toalla, me seco con cautela, luego me echo crema humectante. Me encamino a mi habitación, contemplo la vista que tiene mi pieza, boto la toalla en el suelo y comienzo a rebuscar en mi ropero, por fin encuentro algo que ponerme y decido colocarme ropa ligera, unos jeans, polera blanca sin mangas y zapatillas. Comienzo a hacer los quehaceres del hogar, tiendo mi cama, barro la habitación, el living y la cocina, lavo los platos que han quedado de la noche anterior y los del desayuno, abro las cortinas para que entren los rayos solares y abro las ventanas para que entre un poco de aire, me gusta sentir el frio del aire, es una sensación de limpieza, y antes que se me olvide la ropa que deje tirada.
Encuentro en la mesa un papel, lo tomo y veo el número celular de Alejandro, comienzo a pasarme un millón de películas, y recuerdo como lo hizo para poder hablar conmigo, me sonrió, es tan hermoso, es un guerrero.
Finalmente decido llamarlo.
-Alejandro?- pregunto.
-Si, quien es?- parece que está durmiendo y me hace gracia.
-Soy Catalina- le informo.
-Oh!!, como estas?- me dice.
-Bien, bien, gracias. Quiero juntarme contigo a conversar- le digo.
-Claro, voy a tu casa de inmediato- cómo? cree que es así de fácil? No señor.
Me rio -No, tomémonos un café, te mando la dirección por whatsapp-
-Ok, espero el mensajito- dice malhumorado. Me rio.
En dos horas nos juntamos en un café. Mientras buscaba estacionamiento, recuerdo que no eh hablado con Kate hace unos días, tiene que estar feliz por descansar de mis locuras. Veo la hora, y faltan unos minutos, así que saco mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón, busco en los contactos y toco el nombre "Kate". Al segundo timbrazo contesta.
-Hola amiga.
-Hola cómo estas? qué me cuentas?
-Después, de dejarlo esposado, me sentí mal.
-Por qué lo dejaste esposado?
-Porque me intento llevar a la fuerza
-Oh, y para dónde?
-Si dejas de interrumpirme te podré contar.
-Ok- y se rie por el otro lado del auricular.
-Bueno como te iba diciendo, lo deje esposado, porque intento llevarme a la fuerza, llame a seguridad y ellos lo redujerón, la cosa que al final, cuando pensaba que se había ido, me lo encuentro en la oficina de Roberto.- Hago una pausa para saber si me está escuchando
-Y?, yapo Cata, no te quedes callada justo ahora.
-Se presenta como Alejandro Latorre, LATORRE
-Noooo!!!
-Siii. Es sobrino de Roberto, me quería morir, quería puro enterrarme.
-Me imagino, amiga. Roberto sabe lo que paso con Alejandro?
-Al parecer no, porque no me dijo nada al día siguiente no me dijo nada.- Veo aproximarse a Alejandro, su caminar es hermoso, y esos pantalones que lleva le quedan muy bien, se le ajustan perfectamente, y esos lentes de sol que lleva le quedan a la perfección, suspiro. -Kate, tengo que cortar, ya viene Alejandro.
-Bueno amiga, cuidate, ah! y no lo esposes.
Guardo mi celular en mi cartera, y veo como Alejandro levanta la silla que está enfrente de mi, sentándose en ella.
-Por qué lo dejaste esposado?
-Porque me intento llevar a la fuerza
-Oh, y para dónde?
-Si dejas de interrumpirme te podré contar.
-Ok- y se rie por el otro lado del auricular.
-Bueno como te iba diciendo, lo deje esposado, porque intento llevarme a la fuerza, llame a seguridad y ellos lo redujerón, la cosa que al final, cuando pensaba que se había ido, me lo encuentro en la oficina de Roberto.- Hago una pausa para saber si me está escuchando
-Y?, yapo Cata, no te quedes callada justo ahora.
-Se presenta como Alejandro Latorre, LATORRE
-Noooo!!!
-Siii. Es sobrino de Roberto, me quería morir, quería puro enterrarme.
-Me imagino, amiga. Roberto sabe lo que paso con Alejandro?
-Al parecer no, porque no me dijo nada al día siguiente no me dijo nada.- Veo aproximarse a Alejandro, su caminar es hermoso, y esos pantalones que lleva le quedan muy bien, se le ajustan perfectamente, y esos lentes de sol que lleva le quedan a la perfección, suspiro. -Kate, tengo que cortar, ya viene Alejandro.
-Bueno amiga, cuidate, ah! y no lo esposes.
Guardo mi celular en mi cartera, y veo como Alejandro levanta la silla que está enfrente de mi, sentándose en ella.
-Hola, esperaba que no te perdieras- le digo.
-No, es que no sabía donde estacionar, pero ya estoy aquí.- Me dice, mientras llama a un camarero. -Y bueno de qué quieres hablar?.
-No es obvio, lo único que nos une es Santelices- pongo mis codos en la mesa y junto mis manos, apoyando en ellas mi rostro. -Qué sucede con él, por qué me quiere ver con tanto ahínco, y qué tiene que ver Mateo Ossandón?-
En ese momento se acerca el camarero, y le ofrece la carta, Alejandro le mueve la mano.
-No quiero un café cortado, soda y galletas de vainilla, y tú quieres algo?- me dice.
-Bueno lo mismo que él- el camarero termina de tomar nota y se marcha.
-Ahora si, dime.-me dice observándome directamente a los ojos.
En ese momento se acerca el camarero, y le ofrece la carta, Alejandro le mueve la mano.
-No quiero un café cortado, soda y galletas de vainilla, y tú quieres algo?- me dice.
-Bueno lo mismo que él- el camarero termina de tomar nota y se marcha.
-Ahora si, dime.-me dice observándome directamente a los ojos.
-Lo que te dije, ¿Qué sucede con Santelices? ¿Qué tiene que ver Mateo Ossandón?- le repito
-Eso es lo que quiero averiguar, pero por lo que veo tu padre, no ha sido totalmente honesto, al igual que tú, hay algo que no calza, y espero que tú seas quien me lo diga- ja!, yo no lo haré. Le sonrió y muevo mi cabeza de un lado a otro, aún no puedo confiar en él, hay cosas que él no me ha contado, y que yo ya sé, pero por lo que veo, él cree que no lo sé.
-Eso es lo que quiero averiguar, pero por lo que veo tu padre, no ha sido totalmente honesto, al igual que tú, hay algo que no calza, y espero que tú seas quien me lo diga- ja!, yo no lo haré. Le sonrió y muevo mi cabeza de un lado a otro, aún no puedo confiar en él, hay cosas que él no me ha contado, y que yo ya sé, pero por lo que veo, él cree que no lo sé.
-Pero, dime que es lo que tiene que ver Mateo?- quiero respuestas.
-Bueno, pasa que tu padre- yo suelto el aire, me mira y corrige -Santelices, está muy enfermo, tiene cáncer, y si tú no estás en el momento de su muerte, perderás las empresas de t... Santelices, ya que, él hace mucho tiempo firmo un documento en el cual estipulaba, que si tu no estabas al momento de su fallecimiento sería todo para Mateo Ossandón, pero es extraño que lo haya firmado lúcido, si me lo preguntas- Es muy extraño, pero aún más que haya firmado un documento que es totalmente ilegal en México, acá en Estados Unidos puede ser. Mmmm... , pero ya está firmado, él siempre supo que yo estaba en Nueva York con mi abuelo, nunca se lo oculto, pero tienen que haberlo obligado, y por qué Mateo?, podía haber sido Hugo, su amigo, el padre de Mateo.
De la nada me brota de mi boca, una oración, que jamás pensé que diría. En ese momento llega el camarero con nuestros cafés, le sonrío al muchacho y sus mejillas se tornan más rosadas, lo que a mí también hace ruborizarme, luego miro a Alejandro y parece disgustado, porque celoso sería raro. Pero si fuera? Y digo así sin más.
-Llévame a México- y sonríe..Nota: La norma legal, expuesta existe en Chile, en el artículo 1463 del Código Civil, y por indagaciones Nuestra Legislación, es parecida a la Mexicana, la cual está en el artículo 1826 del Código Civil de este país.