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miércoles, 22 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 10


Estoy en mi auto y espero hasta que sale del estudio jurídico.
Por fin, sale del ascensor, la veo caminar -Oh Dios mío, que mujer- digo en un susurro, se ve muy bella con ese vestido negro ajustado a su cuerpo, pasa cerca de mi auto y veo como lo queda mirando un instante, ¿qué pensará?, después de unos segundos sube a un nissan, ¡un V16!. 
-Pero cómo puede tener ese auto, si es tan feo el modelo- digo detrás del volante que me esconde de la vista de la "Señorita Santelices"
Arranca su auto, yo doy contacto a mi Ferrari negro, demoro uno segundos y bajo mi cabeza para buscar música desde mi celular y nuevamente la elijo ya llevo días escuchándola home de Bublé, es hermosa, y dice lo que yo siento en este momento, sólo quiero estar cerca de ella. Por fin puedo poner primera a mi Ferrari y acelero, sí, tengo un Ferrari y me encanta, la verdad es que no soy quién, le digo ser al Señor Santelices, ni a mi tío, hay un secreto que guardo desde los veinticinco años y nadie jamás debe saberlo, pero eso es otro tema.


Al salir del estacionamiento, para ir en persecución de Catalina, me doy cuenta que no está, mierda está mujer es muy buena conduciendo, aunque tiene un auto horroroso, no puedo negar que es buena conductora, incluso me atrevería a decir que es mejor que yo, es buenísima, cuando al fin doy con ella se me vuelve a escapar al dar  el semáforo luz verde sale igual que el corre camino, veloz y a mi sin pensar, más que poner primera y acelerar de inmediato si no quiero perderla de vista, adelanta como una profesional, sabe exactamente donde acelerar y cuando frenar, si mi oido no me falla utiliza mucho cambio, lo cual es bueno mantiene mayor seguridad en la conducción.
Cuando por fin termina su carrera se estaciona fuera de un edificio, comienzo a buscar un estacionamiento para mí sin levantar sospechas de mi presencia en el lugar, no la dejaré que me sorprenda por segunda vez, ya me "arrestaron" una vez, no de nuevo, cuando al fin encuentro un lugar que no está muy cerca de la entrada del edificio bajo de mi auto, me apresuro, tengo que acercarme a ella antes que entre, cuando ya me encuentro a unos centímetros de ella, no se si tocarla, sujetarle de su cintura, pero olvido esos pensamientos, decidiéndome mejor por -Tenemos que hablar- gira su cabeza.

Veo que tiene miedo, camina rápido, la sigo.
Sube al ascensor, y por fin me deja entrar a su casa, tan hermosa, es hermosa, pero hombre si no te debes enamorar, no otra vez.
Entro a su departamento, es bonito, si pero, creí que sería más elegante, recuerdo que es sola, trabaja todo el día.
-Te vas a quedar mirando todo el rato?- me interrumpe mis pensamientos.
-No, gracias por dejarme pasar- y cierra la puerta detrás de mí.
-Bueno, ahora dime a qué vienes- siempre es así?
-Veo que eres directa- no sonríe, sólo me mira, no veo ni una sola emoción en su rostro, que mujer, es una mujer de hierro acaso?.
-Me puedo sentar?- le pregunto y ella asiente. Me siento en un sillón de cuero café bastante cómodo.
-Entonces?-. Que mujer más impaciente, pero me gusta, ya veo que no pierde el tiempo y ahora voy entendiendo a mi tío porque le gusta su trabajo y que no la quiera perder.
-Ya sabes quien soy, si que me ahorro las presentaciones. Vengo por tu padre- y veo que se estremece por decirle esa palabra, me da curiosidad -¿Qué sucede?- No dice nada. -Luis Santelices, está muy enfermo, tiene cáncer, y le queda muy poco de vida, él quiere que te hagas cargo de sus empresas- espero a que me diga que si, para poder empezar con la otra parte.
-A mí no me interesa nada de él, si se muere mejor y por sus empresas está mi madre- Se para y se marcha cerca de la puerta, comienza abrirla -Si eso es todo, es mejor que te vayas, no quiero ser grosera más de lo que ya eh sido contigo, por favor ándate es mejor para ambos.- Yo no quiero irme, quiero terminar a lo que vine.
-Yo no eh terminado, sucede, que si tú no tomas la posesión de la empresa de tú padre, lo harán los Ossandón- Y yo no quiero, es mucho pedir?
-Y por qué?, yo tengo entendido que ellos no tienen ni acciones en la empresa, son sólo empleados- me mira con intriga , no entiende, es complicado de explicar. Cierra la puerta.
-Si, son sólo empleados, pero eso fue hace tiempo, ahora ya tienen capital y han obtenido el suficiente como para ser socios con mi jefe- digo así para que no se ponga mal y no se cierre como ostra - pero al morir Don Luis, y si tú no reclamas tú herencia, ellos tomarían posesión de la empresa haciéndola suya. La historia que tú me contaste, tiene cosas que calzan y otras que son vagas para mí, las cuales tú ... digo Santelices no quiso completar- y ojala tú quieras hacerlo.
-Las cuales yo no te rellenare tampoco- tan pesada, pero qué se cree.
-Ya veo, debe ser muy grave o muy terrible- le lanzo el comentario para ver si salta la liebre y me da información.
-Bueno si eso es todo, puedes irte- En serio?, está mujer no tiene sentimientos, con que frialdad se dirige a su padre y todo lo que lo rodea. Pero antes le preguntaré, finalmente si no quiere ir alla ella, pero es abogada.
-¿Qué pasaría si tú padre firma cediendo, sus derechos de la empresa a esta persona, o un papel?.
- Tú dices, que firmo un papel, en cual estipula que cede sus derechos hereditarios?- Es lo mismo que dije, porque se complica tanto. Asiento con la cabeza -Es ilegal.- Qué! en serio?
- Sí, porque no puede hacerlo, es más bien moralista esa norma legal, en la qué prohíbe suceder a una persona viva, aún cuando ella este de acuerdo, porque la persona que fuere beneficiaria, podría mandar a matar. No me digas que hizo eso?.
-Sí y ahora quiere anularlo, le dijeron que no se podía, claro, siempre dicen eso, porque es difícil de probar.- ella asiente.

Es mejor irse así que me levanto del sillón café, me voy, sé que no dirá nada, esa información debe procesarla y luego comunicarme que es lo que ella quiere hacer y comunicárselo a mi jefe yo por mi lado. -Pero antes de marcharme, te dejo mi numero por si es que quieres preguntarme algo.- Mira el papel en mi mano, siento que duda para tomarlo me mira directamente a mis ojos, cómo si buscara algo y, gracias al cielo toma mi numero y lo guarda.
Me voy de su departamento, pero que carácter, lo malo es que me está gustando, Alejandro quítatela de la cabeza, no puede suceder nuevamente lo mismo, no te puedes enamorar, pierdes la cabeza, pero es tan hermosa.
Me subo a mi ferrari, y me voy a mi departamento.

Debo investigar a los Ossandón sé que ellos algo se traen, mi intuición no es tan mala. Nota mental.

***

Han pasado los días, y le eh estado dando vueltas, porque los Ossandón quieren la empresa?, y si ellos inventaron todo para que me fuera?, pero nadie obligo a Santelices a hacerme lo que me hizo, y eso no tiene perdón. 
Es sábado, me levanto, estar en mucho tiempo en la cama me hace mal, me duele la cabeza, me preparo un desayuno, con leche, tostadas y miel. Me visto con ropa deportiva, veo la hora, las nueve y treinta de la mañana, salgo a correr, para despejar las ideas. Después de cinco kilómetros, estoy sudada, y lo único que quiero es ducharme con agua caliente. Entro a mi departamento, lo primero que hago es tomar un vaso de agua por la deshidratación, dejo el vaso de agua en el lava plato, mientras camino me voy sacando la ropa y la voy dejando tirada en el suelo, voy al baño, y abro la llave del agua caliente, meto un pies en la tina para sentir el calor del agua, ahora la dejo correr por mi espalda, luego por mi nuca, desperezo mi cansancio por el trote, siento como los músculos se relajan, y quedo un rato debajo del chorro de agua, se siente muy bien, me echo champú en el cabello, lo retiro y me pongo el acondicionador, para dejar suave mi cabello finalmente corto la llave del agua,  tomo una toalla, me seco con cautela, luego me echo crema humectante. Me encamino a mi habitación, contemplo la vista que tiene mi pieza, boto la toalla en el suelo y comienzo a rebuscar en mi ropero, por fin encuentro algo que ponerme y decido colocarme ropa ligera, unos jeans, polera blanca sin mangas y zapatillas. Comienzo a hacer los quehaceres del hogar, tiendo mi cama, barro la habitación, el living y la cocina, lavo los platos que han quedado de la noche anterior y los del desayuno, abro las cortinas para que entren los rayos solares y abro las ventanas para que entre un poco de aire, me gusta sentir el frio del aire, es una sensación de limpieza, y antes que se me olvide la ropa que deje tirada.
Encuentro en la mesa un papel, lo tomo y veo el número celular de Alejandro, comienzo a pasarme un millón de películas, y recuerdo como lo hizo para poder hablar conmigo, me sonrió, es tan hermoso, es un guerrero.
Finalmente decido llamarlo.
-Alejandro?- pregunto.
-Si, quien es?- parece que está durmiendo y me hace gracia.
-Soy Catalina- le informo.
-Oh!!, como estas?- me dice.
-Bien, bien, gracias. Quiero juntarme contigo a conversar- le digo.
-Claro, voy a tu casa de inmediato- cómo? cree que es así de fácil? No señor.
Me rio -No, tomémonos un café, te mando la dirección por whatsapp-
-Ok, espero el mensajito- dice malhumorado. Me rio.

En dos horas nos juntamos en un café. Mientras buscaba estacionamiento, recuerdo que no eh hablado con Kate hace unos días, tiene que estar feliz por descansar de mis locuras. Veo la hora, y faltan unos minutos, así que saco mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón, busco en los contactos y toco el nombre "Kate". Al segundo timbrazo contesta.
-Hola amiga.
-Hola cómo estas? qué me cuentas?
-Después, de dejarlo esposado, me sentí mal.
-Por qué lo dejaste esposado?
-Porque me intento llevar a la fuerza
-Oh, y para dónde?
-Si dejas de interrumpirme te podré contar.
-Ok- y se rie por el otro lado del auricular.
-Bueno como te iba diciendo, lo deje esposado, porque intento llevarme a la fuerza, llame a seguridad y ellos lo redujerón, la cosa que al final, cuando pensaba que se había ido, me lo encuentro en la oficina de Roberto.- Hago una pausa para saber si me está escuchando
-Y?, yapo Cata, no te quedes callada justo ahora.
-Se presenta como Alejandro Latorre, LATORRE
-Noooo!!!
-Siii. Es sobrino de Roberto, me quería morir, quería puro enterrarme.
-Me imagino, amiga. Roberto sabe lo que paso con Alejandro?
-Al parecer no, porque no me dijo nada al día siguiente no me dijo nada.- Veo aproximarse a Alejandro, su caminar es hermoso, y esos pantalones que lleva le quedan muy bien, se le ajustan perfectamente, y esos lentes de sol que lleva le quedan a la perfección, suspiro. -Kate, tengo que cortar, ya viene Alejandro.
-Bueno amiga, cuidate, ah! y no lo esposes.
Guardo mi celular en mi cartera, y veo como Alejandro levanta la silla que está enfrente de mi, sentándose en ella.

-Hola, esperaba que no te perdieras- le digo.
-No, es que no sabía donde estacionar, pero ya estoy aquí.- Me dice, mientras llama a un camarero. -Y bueno de qué quieres hablar?.
-No es obvio, lo único que nos une es Santelices- pongo mis codos en la mesa y junto mis manos, apoyando en ellas mi rostro. -Qué sucede con él, por qué me quiere ver con tanto ahínco, y qué tiene que ver Mateo Ossandón?-
En ese momento se acerca el camarero, y le ofrece la carta, Alejandro le mueve la mano.
-No quiero un café cortado, soda y galletas de vainilla, y tú quieres algo?- me dice.
-Bueno lo mismo que él- el camarero termina de tomar nota y se marcha.
-Ahora si, dime.-me dice observándome directamente a los ojos.
-Lo que te dije, ¿Qué sucede con Santelices? ¿Qué tiene que ver Mateo Ossandón?- le repito
-Eso es lo que quiero averiguar, pero por lo que veo tu padre, no ha sido totalmente honesto, al igual que tú, hay algo que no calza, y espero que tú seas quien me lo diga- ja!, yo no lo haré. Le sonrió y muevo mi cabeza de un lado a otro, aún no puedo confiar en él, hay cosas que él no me ha contado, y que yo ya sé, pero por lo que veo, él cree que no lo sé.
-Pero, dime que es lo que tiene que ver Mateo?- quiero respuestas.
-Bueno, pasa que tu padre- yo suelto el aire, me mira y corrige -Santelices, está muy enfermo, tiene cáncer, y si tú no estás en el momento de su muerte, perderás las empresas de t... Santelices, ya que, él hace mucho tiempo firmo un documento en el cual estipulaba, que si tu no estabas al momento de su fallecimiento sería todo para Mateo Ossandón, pero es extraño que lo haya firmado lúcido, si me lo preguntas- Es muy extraño, pero aún más que haya firmado un documento que es totalmente ilegal en México, acá en Estados Unidos puede ser. Mmmm... , pero ya está firmado, él siempre supo que yo estaba en Nueva York con mi abuelo, nunca se lo oculto, pero tienen que haberlo obligado, y por qué Mateo?, podía haber sido Hugo, su amigo, el padre de Mateo.
De la nada me brota de mi boca, una oración, que jamás pensé que diría. En ese momento llega el camarero con nuestros cafés, le sonrío al muchacho y sus mejillas se tornan más rosadas, lo que a mí también hace ruborizarme, luego miro a Alejandro y parece disgustado, porque celoso sería raro. Pero si fuera? Y digo así sin más.
-Llévame a México- y sonríe..

Nota: La norma legal, expuesta existe en Chile, en el artículo 1463 del Código Civil, y por indagaciones Nuestra Legislación, es parecida a la Mexicana, la cual está en el artículo 1826 del Código Civil de este país.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 9






Me descargo con la silla de mi oficina, no me gusta que Roberto me utilice de esa forma, esta bien que sea mi trabajo, pero ser abogada no es precisamente ir amenazando a la gente, también se pueden dar soluciones. Qué rabia!

Sé que lo que hizo al final Rob, fue con dolo, se paso de la raya, para mí una palabra es una palabra, pero no puedo cuestionar a mi jefe, él lo hace así, lamentablemente yo sólo soy una pieza en este ajedrez y el es "Rey" y a él es al que tengo que proteger. Y se que ese idiota era lo que merecía, eso, no lo cuestiono, porque es así, él es una chantajista profesional, y nada más que denunciarlo era lo que teníamos que hacer, pero de ahí a que le dijera que se podría ir si sólo le depositaba en su cuenta la cantidad acordada, y este sujeto lo cumple, y mi jefe no cumple su palabra, eh visto muy pocas veces a Rob actuar así, y no me gusta, da un poco de miedo.


Arreglo mis papeles, apago mi computador personal y el de la oficina, tomo mi maletín, y rebusco en uno de los bolsillos del maletín para encontrar las llaves de mi auto, después de este día quiero llegar luego a mi casa, quiero ducharme con agua muy caliente, meterme a mi cama y dormir hasta el lunes.


Bajo al estacionamiento y busco mi auto, que se encuentra entre una camioneta Dodge negra, y un Ferrari, también es negro, es hermoso me gusta, y miro mi autito, mi compañero de tantas batallas, que nunca me ha dejado tirada, siempre aguantando, pero seamos realistas
"es viejo", aunque prefiero un auto no tan ostentoso como el Ferrari, un Audi no estaría mal, y me sonrío, me imagino el auto y me agrada mi sueño, un R8 creo que sería el apropiado, o no también puede ser un Chevrolet Camaro, ya Catalina deja de mirar como boba el bello auto y vete a casa a descansar, recuerda que hoy madrugaste. 

Mientras voy conduciendo escucho Royals, una canción que me ha llegado a lo más profundo, me gusta su melodía y me sumerjo en su música y recuerdo a Alejandro, sé que no tiene la culpa de nada, finalmente esta haciendo su trabajo de la misma forma en la que yo realizo el mío, claro es una pena que trabaje para ese hombre, que me hizo tanto daño, sí sólo hubieran sido los golpes, o los malos tratos sería más fácil el perdón pero no, no le fue suficiente. Y si Alejandro conociera la verdad, lo que realmente paso?, seguiría trabajando par Luis Santelices?. Alejandro,tiene nombre de emperador, "Alejandro Magno", es alto, de brazos fuertes y con carácter, "no pienses tanto en él", me regaño, pero esa mirada azulada, y esa sonrisa ganadora cuando descubrí que es sobrino de Rob, me encantaron, me sumergí en un sentimiento que no había experimentado, deseo quizás, pero no lo conozco y si me preguntan que si quiero conocerlo mmm... puede ser, esa picardía con la que mira, ese brillo en los ojos, no los vi en ningún otro hombre con él que eh estado, es diferente. Catalina Elizabeth Santelices Morga, enamorada? me rió, que más puedo hacer? reírme.

Hace muchos años que no siente lo que es el amor, Catalina se distinguió entre el resto no por sus notas, sino por su decisión, por tener una idea de lo que quería y que iba en su busca, por su perseverancia. Y aunque para sus colegas sea una novata, ya que no ha tenido suficiente casos, pero los que ha tenido ninguno lo ha perdido, pues Roberto no lo cree así, considera que es una mujer que no teme a nada ni a nadie, piensa como hombre, pero sufre como mujer, es una mujer muy práctica, si le molesta algo va y lo enfrenta no se queda con la espina metida, así es como ha sobrevivido. Roberto no conoce su mayor secreto.

Juró nunca enamorarse, cree en los hombres como cree en sus clientes, nada!, no confía porque sabe lo que busca un hombre en una mujer, sexo!. Ha estado con varios, pero nunca ha tenido una relación sólida, aunque es muy bella y de gran intelecto, cada uno de los hombres que han estado en su vida la han engañado de una u otra manera, y para ella Alejandro no es diferente al resto, aunque la mire con esa mirada que la ha embrujado Catalina es terca y jamás dirá que le gusta prefiere seguir siendo la fuerte, la dura y no enfrentar lo que le pasa. Lo que no sabe que desde este día ya no habrá vuelta atrás, desde hoy, la mujer de hierro, sentirá, y querrá saber, lo que significa el amor, tendrá que confiar y decir ese secreto que la ha atormentado por tantos años.



Me estaciono fuera de mi departamento, cierro la puerta y me encuentro de frente con Alejandro. ¿Qué mierda hace aquí? Este hombre da miedo, que hago, converso o arranco? segunda opción mejor arranco.

Camino rápido, esto me está dando miedo, qué le pasa a este hombre para ir así detrás mío. Siento sus pasos detrás de los míos.

-Necesitamos hablar-, me dice en un soplo, mi piel se eriza con su voz ronca. Mi cerebro ha logrado controlar mi corazón si es más fácil no hacerle caso, sigo avanzando no quiero hablar con él, me da miedo, auxilio. Camino más deprisa para no demostrar miedo, abro las puertas para entrar al departamento, saludo al conserje y sigo avanzando, veo el ascensor presiono el botón y gracias a Dios abre de inmediato, me alegro, pero no!, sube conmigo.

-¿Por qué te arrancas?- me pregunta
Sólo lo miro con demasiada desconfianza. Acaso no es obvio por qué me arranco? me quiso llevar a la fuerza, me ha desorganizado mi mundo, o él no se da cuenta de esto?
-No te haré daño, estoy aquí para hablar- lo mismo dijo la última vez, y termine hablando más de la cuenta, y él esposado en una oficina, pero me intriga quiero saber.
-Podrías hablar mañana en la oficina, no aquí, a esta hora en mi departamento- ahí estaría más segura. cualquier cosa podría gritar y al menos alguien llegaría a mi rescate. Suena un poco paranoico. me rió, y él me ve con esos ojos hermosos como si estuviera loca.
-Sé que me vas a decir que no, pero debo intentarlo. Ya sabes que estoy aquí por tu padre, o por Luis, necesito que me acompañes, necesito que vayas conmigo a México- buena respuesta, pero mi sonrisa a desaparecido al saber el porque de su visita, o que creías que te vendría a ver por ti? nooo, el quiere terminar su trabajo y marcharse, sería mucho más fácil para él si cooperaras
Catalina, y ni jodiendo voy, por qué tengo que ir yo? si Santelices quiere verme, pues que el venga.

-Y por qué no le dices a tu jefe que venga él?- me mira como si yo estuviera loca, lo estoy?
-Catalina tu padre esta con una enfermedad terminal- hago una mueca de dolor al escuchar la palabra padre.
-Aunque quisiera no puedo, tengo mucho trabajo atrasado- le doy una escusa, lo cual no es mentira.
-No hay problema, le digo a mi tío que te necesito para algo importante, o que te dé unos días libres- y conociendo a Rob le diría que NO, pero no se en el caso de su sobrino.

Se abren las puertas del ascensor y Alejandro sale del ascensor junto conmigo, veo que no se irá sin hablar, pero igual tengo intriga, lo dejo entrar, quiero saber qué es lo que tanto quiere hablar conmigo.
-Bueno veo que no te irás así que entra.

Se queda parado en la entrada,como si hubiera un campo de fuerza y que el no puede atravesar, qué piensa este hombre?

martes, 7 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 8


Desperté temprano hoy, muy temprano me doy cuenta de la hora al ver mi celular, son cinco de la mañana, y no tengo sueño, aún está oscuro afuera, pero prefiero levantarme.
Voy a mi ropero busco mi ropa deportivo y me saco mi pijama de satén, lo dejo tirado en suelo, me pongo el sostén deportivo negro y luego mi camiseta de color rosado, un short negro, aún descalza salgo de mi habitación para ir en busca de mi telefono, busco el reproductor de mi móvil, ahora con la música encendida, es cómo si la casa no estuviera sola, vuelvo a mi habitación, para colocarme mis zapatillas y calcetines, me hago una cola y termino poniendome una casaca ligera, saldré a correr, necesito despejarme y no pensar más que en la respiración, busco mi banano, el cual como siempre tiene mis audifonos y una copia de la llave del apartamento, me lo ajusto a la cintura, conecto los audífonos a mi celular, me concentro en la melodía, es buena 
-dime que te pasooou uooo- comienzo a tararear.Con los audífonos en las orejas, abro la puerta y salgo a correr.
Mientras corro, aunque no lo crean, me relajo, me despejo, me siento libre, soy yo y la música, sólo los dos, el aire puro llena mis pulmones, y al botarlo recupero las energías que se me habían acabado, siento renovada, después de una hora de trote intensivo, llego a mi casa, ya son las seis con diez minutos, y aún tengo energía, quiero descargarla, tengo la bala pasada como se dice.
Mi departamento tiene tres dormitorios, pero sólo utilizo dos, cuando lo compre ese segundo dormitorio, era para mi abuelo, pero como falleció, jamás lo ocupo, de hecho la que más lo ha ocupado es Kate, ella feliz con un dormitorio extra. El tercer dormitorio es un pequeño gimnasio que tengo, con pesas, mancuernas, colchoneta para abdominales y mi regalón, mi bolsa de boxeo. Me dirijo a él, pero antes de ponerme los guantes de box, voy a un equipo de música al que le coloco una canción que me ayudará a descargar la rabia que llevo dentro comienzo a mover los hombros al ritmo de la música, golpeo la primera vez con fuerza y luego ya es con más precisión, siento como mi hombro rebota en el saco de box, y apuro y saco la rabia contenida.
Me ducho con agua caliente, siento como mi musculatura se relaja, pongo  mi cabeza al chorro de agua, me tranquilizo, pongo mis manos en la pared dejando caer el agua por mi espalda.
Al salir del baño me visto con tranquilidad y me preparo un desayuno tranquilamente, con música, es más relajante que la locura de la televisión, arreglo mi maletín con todo sobre Santander, hoy nos reuniremos con él. 

Bajando del auto en el estacionamiento del estudio jurídico, comienzo a recordar los últimos dos días, y tengo preguntas que quieren respuestas.
Saludo como siempre a Teresa al salir del ascensor, dejo mis cosas en mi oficina.

Me encuentro a Roberto en la cocinita del estudio jurídico haciendo café.
-¿Quieres café Catalina?- me dice Roberto sin quitar la mirada de su taza de café. 
-No, pero gracias jefe- Es mejor que empiece de una vez con las preguntas -Jefe no sabía que tuviera familia- le lanzo el comentario para que me dé más información y así es, cae, me sonrió, tengo que saber más de Alejandro. Ahora me mira directamente a los ojos con su taza de cafe en la mano, toma un sorbo y responde.
-Sí, tengo sólo un sobrino, Alexander- me dice y luego su mirada se torna triste, se queda mirando la taza de café.
-Yo le digo Alexander, aunque su nombre real es Alejandro Latorre Cox, tiene 38 años, sus padres fallecieron cuando el tenia 20 años en un accidente automovilístico, y me hice cargo de sus estudios, egreso con buenas calificaciones, pero luego quiso irse a México, y comenzó a trabajar en una finca, como hace unos tres años más menos,  no conozco a su jefe, pero según él, dice que es un muy buen jefe, si que no le insistí en investigarlo, pero hay algo que siento raro, bueno tú me entiendes, cuando algo anda mal o que no calza, por eso le obligo a que venga mínimo 2 veces al año a verme, pero, si linda hay un pero, y es que hace años busca a una persona, no me mires así porque él tampoco me ha dicho por qué, ni para qué, me dijo que no me preocupará y que él la encontraría- me mira por un momento y sigue leyendo un informe

Mmmm... así que me busca hace años, qué mierda querrá Santelices? Ahora comenzaba a tener inquietud de por qué me quería encontrar, como una típica mujer, y más si eres abogada, quieres saber toda la historia, tengo que averiguar. Ahora entiendo porque Teresa no me aviso, ay! pobrecita me dio penita.

-Y qué estudió su sobrino?- necesito saber más y quiero saber más.
-Medicina- Qué, es médico???, Catalina escucha- aunque ha ejercido muy poco, tiene además otros atributos, es millonario, tiene bienes raíces y es dueño de un hospital- Entonces porque trabaja para Santelices, si es millonario, no entiendo nada.
-No pongas esa cara mi querida Catalina, si es por lo de millonario, es que mi hermano, siempre quiso ser dueño de un hospital, y cuando conoció a mi cuñada, ella le incentivo a que siguiera sus sueños, ese hospital se maneja solo, no necesita la presencia de mi sobrino, pero si una vez al año, realiza una auditoría por las dudas, los bienes raíces son los que fueron comprando sus padres a través de los años, hasta... que fallecieron- se pone triste con este último comentario, tiene que haberlo querido mucho.
-Pero jefe, no entiendo que siendo millonario, trabaje para alguien- eso es la más desconcertante, que teniendo dinero para tirar al cielo trabaje para otro, y tú Catalina???, emm... yo no sumo en esta suma, es distinto, sí Santelices es millonario, porque mi abuelo lo era, pero al morir él fue traspasado todo a Santelices, y yo me quede con lo puesto, bueno el auto que me regalo mi madre y el departamento que me regalo mi abuelo. Es lo que te dijo ese abogado trucho, en realidad nunca lo investigue es que tener que enfrentarme a Luis Santelices, mejor lo deje tal como me dijo ese abogaducho.
-Así es mi querido Alex, aunque nació en cuna de oro, siempre quiso conocer la otra parte del mundo, y así es como se convirtió en Alexander Cruz, mi cuñada cuando se enteró casi lo mato- y se ríe con ganas
-Por eso le dice Alexander?- y mi jefe asiente, me causa gracia.
-Se invento otra identidad para poder conocer ese otro mundo ...- Mmmm... cuando una persona quiere otra identidad es porque está escapando, de algo, de alguien o de él mismo.
-Don Roberto, ya llego el Señor Santander- Nos interrumpe Teresa.
-Ah ya veo dile que vaya a mi oficina, Catalina acompáñeme y habla tú con él, porque yo... lo mato- si las miradas asesinaran, Roberto Latorre ya lo hubiera matado, y en este instante Santander estaría muerto, y yo estaría en una audiencia de formalización por Homicidio.

-Si, ni un problema- ahora sabrá Santander que si nos chantajeas, tienes que saber que habrá consecuencias, él ya movió sus piezas, e hizo una buena jugada, pero ahora yo defiendo al "Rey" y haré jaque mate.

Nos dirigimos a su oficina y lo vemos ahí sentando como una gran señor, pero ahora seré yo quien tratare con él, no volverá a molestarnos, y menos volverá a chantajearnos.

-Por fin, ya me estaba aburriendo de esperar, ni un café me ofreció tu secretaria, mi querido Rob- Nos dice como si él fuera el jefe, veo a mi jefe ponerse roja su cara de rabia. Me acerco como una leona que va en busca de su presa.
-Mira Adrián, o quieres que te diga Javier?- me queda mirando sorprendido, mientras hago una pausa, porque sé que no se esperaba eso, ni nada de lo que le diré, ja!
-No sé de qué me hablas, niñita- lo dice para que me achique, pero no, esta "niñita" no se achica
-Primero no soy una "niñita", me presento soy abogada de profesión, mi nombre es Catalina Santelices, recuerdalo, porque ningún abogado te querrá defender después que les diga mi nombre, comprendes?- le digo mientras me enderezo para tomar mi postura desafiante.
No me dice nada, esta callado esperando que le voy a decir, comienzo a caminar alrededor de la oficina, haciendo escuchar mis tacones, para darle más suspenso al momento.
-Escúchame bien- le digo acercándome por detrás de él, para hablarle cerca de su oído. -Ya sabemos que no eres Adrián, que te busca la Interpol, que ha engañado, robado y estafado al gobierno, y llegas, nos chantajeas por algo que JAMÁS ha sucedido, porque si, nunca te firmamos nada, y nos falsificaste una firma, además de todo lo que te eh dicho, estaríamos hablando de una falsificación de instrumento privado, así, sólo  con eso, yo creo que tu estadía sería bastante larga en la cárcel, sin contar que el gobierno estaría demasiado feliz en saber que te entregamos. Qué decide?, dejas en paz a mi jefe, le entregas lo que le debes...- me interrumpe el miserable, odio cuando hacen eso.
-YO NO LE DEBO NADA- me grita en la oreja
-Shit Shit, TE CALLAS, que no te eh dado permiso para hablar- le digo ya perdiendo la paciencia y me levanto y camino para que me vea de frente y se dé cuenta que no le temo, -TÚ nos debes setenta millones, y no, no coloques esa cara, porque si no nos pagas eso, todo lo que te eh dicho del cual, obviamente tengo pruebas, las mandare a todos los noticieros, del país y del extranjero, sin mencionar que te demandaremos y le diremos al Consejo de Defensa del Estado, que sabemos de ti, y no sólo será esa indemnización, sino una más alta- le miro con gracia y malicia, miro a mi jefe de reojo y sólo asiente, creo que le ha gustado mi amenaza, porque eso eh hecho, y aunque alguien piense que lo que eh hecho es malo, bueno este hombre, es un asco, quien nos ha dado más de un dolor de cabeza y si no lo tratamos terminaremos con un aneurisma cerebral. Después que le doy un tiempo, comienzo a hablar de nuevo -Qué dice, nos paga o te metemos a la cárcel?, está en tus mando la decisión- me alejo un poco, como dándole espacio para que piense, pero también.
  
-Ok, me han ganado, pero no tengo ese dinero- su cara es inexpresiva, sé que esta mintiendo.
-Ah, no? tú crees que soy tonta?, tú crees que no se que tienes dinero en las islas canarias, y en Suiza?- casi se cae al suelo cuando le doy esa información. Sonrió porque sé que le eh ganado, y no le queda otra que aceptar su derrota. Voy abrir la boca y mi jefe se levanta de su asiento y me toca la muñeca derecha, para que guarde silencio, me enderezo para darle espacio a mi jefe, ahora le toca a él, y yo me siento en el asiento que hace un momento ha utilizado mi jefe.

-Mira, como te llames, me la hiciste grande, pero un pez tan pequeño no se mete con un tiburón, y menos si tiene a esta sirena a su lado, escúchame bien clarito, me depositas ese dinero en un plazo de una hora y te prometo no dar aviso a nadie de lo que hemos conversado aquí- sólo asiente, ya no es el hombrón que llego, ahora parece una ratita asustada, no señores con mi jefe no se metan, porque aunque yo no estuviera el mismo planearía su venganza.

Paso la hora, y mi jefe me llama a su oficina, para mostrarme el monitor del computador, en el que su cuenta ya tenía el dinero acordado.
-Ahora, da aviso a todos, que ese cabrón es un estafador- dice mientras se cruza de brazos en su asiento.
-Pero jefe usted le ha prometido...- levanta su mano derecha, haciéndome guardar silencio. 
-No linda, aprenderá a no meterse con Latorre, conmigo no se juega- Asentí, ahora entiendo, porque lo dejo irse así nada más.

Voy a mi oficina y hago lo solicitado, en dos minutos Javier Santander era el hombre mayor buscado por el mundo, ganamos!. Pero siento que eh mentido, aunque ese hombre nos haya hecho lo que nos haya hecho.
Aunque aún me inquieta saber por qué me busca Santelices.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 5

Por qué la buscan?, hoy conoceremos un poco más a Alejandro...

Una semana atrás...


Llevaba años buscando a una joven, que ahora tiene 35 años,llamada Catalina Santelices Morga, su padre Luis Santelices, quería reencontrarse con su hija pródiga.
Un día me llamo a su despacho.

-Buenos días señor, en que lo puedo ayudar?- le pregunte
-Alejandro, quiero pedirte un favor, desde que llegaste ha sido el hijo que debía haber tenido, pero como sabes mi heredera, se ha marchado por malos entendidos.
-No comprendo señor a qué se refiere- quiero más información.
-Hace aproximadamente 17 años, mi hija tenía 15, una bella muchacha, con gran inteligencia y muy cariñosa, el día del baile del que éramos anfitriones, la muy descarada, se acostó con uno de mis mejores amigos, claro que la culpa fue de mi hija, él me dijo que mi hija lo había seducido, para realizar aquel acto tan infame, yo hable con ella pero nunca lo reconoció, y termino yéndose de casa para llevar una vida licenciosa, y nunca más supe nada de ella.
-Que quiere que haga yo, señor- le pregunto, no entiendo por qué me cuenta esto.
-Que la busques, porque después del año que ella abandono la casa, supe que todo era mentira, porque mi supuesto amigo me dijo en mi cara riéndose, que jamás toco a mi hija, y todo fue para despojar a la heredera de mis bienes de la fabrica. Sucede que si yo desheredaba a mi  hija a los 15, y la volvía a heredar a los 20, podría llevarse todo menos la fábrica, y en ella está todo mi capital, y como no tengo sucesores, sería Mateo, su hijo, el que sería dueño de todo. Por eso debes encontrarla para demostrar que tengo una hija y así que esas, víboras, no se queden por lo que tanto yo trabaje. Y le debo una disculpa a mi hija, sé que no merezco su perdón, pero me es necesario que ella esté aquí. Es muy probable que cuando encuentres a Catalina y le digas de parte de quien vas no quiera atenderte, si que dale está carta- Me entrega un sobre sellado, lo guardo en mi chaqueta.




Después de esa conversación, pasaron 3 años más, sin encontrar pista de ella, se escondió muy bien, o lo peor puede estar muerta.


Hasta que un día me encontré con mi tío Roberto, y él conversaba de una gran proeza de su nueva adquisición, una joven abogada, que aunque en un principio tenía muchas dudas, dejo de tenerlas, cuando un cliente suyo, intento chantajearlo, y apareció está súper heroína, y le mostró un montón de informes, antecedentes penales, cuentas bancarias, e incluso encontró cuantas pulgas tenía en su casa, debía ser realmente buena, porque desde ese día mi tío la convirtió en la segunda al mando, y aunque trabajaba para algunos políticos siempre estaba para él a la hora que fuese.

Fui a su estudio jurídico para que supiera que estaba bien y ponernos al día
-Hola Teresa, está mi tío?- le pregunte a la secretaria.
-Claro señor Latorre- me informa -Le aviso enseguida que está usted aquí.
-Gracias, eres un amor- le digo con una sonrisa en los labios
-Pero si ahí viene- me dice 


Y veo que está con una hermosa mujer, de piel trigueña, cabello oscuro y con ondas, con unos ojos maravillosos, de un color azul brillante, y esos labios carnosos de color rosa. No lleva maquillaje, debe ser realmente segura de sí misma para no llevarlo, me encanta, es alta, de la estatura de mi tío, unas piernas trabajadas, parece que hace un poco de deporte, y esas caderas, anchas, me encantan y su pecho, no es tan grande como el de otras mujeres pero se ven muy bien en esa blusa blanca, y ese pañuelo rojo hace un muy buen contraste con la falda lápiz negra que lleva puesta, y la veo caminar a su oficina, creo?

-Sobrino- Mierda, eh caído al suelo, como me pasan esas cosas a mí??
-Pero qué te pasa?- me dice riendo mientras me ayuda a levantarme 
-Me eh enredado- le digo riéndome de vergüenza mientras sacudo mi pantalón
-Ah! ya veo, no creo que sea porque mi abogada estrella te quito el corazón con un suspiro- me dice sonriendo y yo igual sonrío, es una belleza, para Alejandro primero termina lo que te mando hacer Santelices, encontrar a su hija y llevarla de vuelta a México, para que se haga cargo de las empresas y la herencia.
-No tío que va.- Sí tío me eh enamorado -Ella es tu abogada estrella?- Le pregunto, ahora necesito su nombre para que salga a unas copas conmigo.
-Pues claro- hace una pausa -Catalina Santelices Morga- Casi me caigo por segunda vez, escuche mal. QUEEEEEE dijo queeeeé, CATALINA SANTELICES MORGA, mierda mierda, la eh encontrado, y siempre ha estado cerca de mis narices, mi jefe se pondrá muy contento que después de 20 años haya encontrado a su hija pródiga.
-Si que ella es su luciérnaga tío- Ella misma es la que ha salvado más de una vez a mi tío, esto es muy bueno, pero también muy malo, mi tío la quiere, no la puedo sacar de aquí, tan fácilmente, pero ha llegado la hora de llevarla si o sí donde su padre, no puede ser tan difícil.
-Si, ella es, así que por fin la haz conocido- me dice mi tío.

Llamo a mi jefe para informarle que eh encontrado a su hija
-Alejandro, gracias al cielo, sabía que podía confiar en ti,pero fueron bastantes años, dónde se encuentra- Si, como tres años, en lo que me dedique por completo a buscarla.
-Gracias señor, se encuentra en Boston, y trabaja para un Tío mío, en su estudio jurídico- le informo
-Y trabaja como secretaria?- y siento en su comentario una pizca de disgusto, como si no le gustara que fuera eso.
-No, señor es la abogada estrella de mi Tío- le termino diciendo
-Es abogada?- veo que le sorprende que su hija sea abogada, y también muy bella.



jueves, 18 de septiembre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 4

Feliz 18!!! Felices fiestas Patrias!!! Viva Chile!!


-Nos remontaremos unos 20 años atrás-. No dice nada, queda callado, sólo quiere saber.
***
20 años atrás...


Luis Santelices

-Papá, mira eh encontrado estas frutas afuera- le digo para que apruebe mi hallazgo.
-A ver, no estarán desabridas?- me estira su mano derecha y le coloco unas frutas.
-No, papá si están ricas- le digo, mientras él se está comiendo las frutas.
-Mmmm... tienes razón muy buen ojo mi niña linda, ya, corre ve a cambiarte que hoy es la fiesta.
-Si, chao papá, te quiero mucho.

Después de buscar el vestido correcto, ponerme maquillaje, y peinarme, para poder gustarle a Santiago, es tan guapo, me encanta.
Ya era cerca de la hora de la fiesta. Y estoy sonriendo como una tonta en sólo pensar en él.
Comienzo a bajar la escalera de la casa con una sonrisa en los labios, pero mi padre me detiene y me lleva del brazo con demasiada fuerza, que me hace daño. Abre la puerta de mi habitación me tira encima de mi cama. Me siento en mi cama. ¿Qué esta pasando?

-Puta, cómo pudiste- me da una bofetada que vuelvo a caer encima de mi cama. Me siento confundida.
-Pero papá, ¿de qué me estás hablando?- No entiendo nada.
Me toma por los hombros y me zarandea, y vuelve a abofetearme con fuerza en mi rostro y siento el dolor en mi mejilla que va creciendo, vuelve a zarandearme -Puta- me vuelve a gritar y vuelvo a recibir otra bofetada. Me quedo en mi cama llorando, pero mi padre no había terminado, me arranca el vestido y siento como su cinto cae sobre mi piel desnuda, una y otra y otra vez, me jala el cabello y vuele a golpearme, pero ya no es el cinto es su puño, me tira al piso me da de patadas y puñetazos. Ya no siento dolor, cierro mis ojos y duermo.

Cuando despierto siento algo en mi cara, cuando trato de tocarme la cara me duele el cuerpo y veo mangueras, que están en mi cuerpo, y comienzo a mirar la habitación y me doy cuenta que no es mi pieza. Se abre la puerta y entra una enfermera, la cual se apresura al ver que me estoy moviendo.
-No se mueva señorita, se lo pido, no se mueva-. Sus manos sujetan las mías impidiéndome que las mueva, y relajo las manos.
Sofía Morga de Santelices

-¿Qué me paso?- le pregunto a la enfermera.
-Tranquila ya está bien- me dice mientras revisa los aparatos médicos.
-Pero señorita, ¿qué me paso?- no me responde esto es frustrante, quiero respuestas.
-Tranquila, no se altere, por favor- me dice con sincera preocupación
Y veo entrar a mi madre junto a mi padre
-¿Cómo estas hija, estás bien?- me pregunta mi madre, con claro nerviosismo.
-Déjala, ya ves, está bien- le dice mi padre, se da media vuelta y cierra la puerta
-Hija, ¿por qué enfureciste así a tu padre?- y sé que eso es un reproche
-¿Qué yo hice qué?-. No entiendo nada
-Tú padre me dijo, que Mateo, te vio con Santiago teniendo relaciones en la bodega...- QUEEEEE MIERDA QUE YO QUE..., AY! POR DIOS.
Me falta aire, me estoy agitando, me cuesta respirar.
-¡¡Queeeeeé!! ¡¡¡ay!!!...- me siento rara, todo me da vuelta, ¿qué me pasa?
-Señora váyase, acaba de alterar a la paciente- le pide la enfermera a mi madre.
-Pero ¿¿está bien??-. Mi madre sujeta del brazo a la enfermera -¡¡¡Señorita respóndame!!!- y sacan a mi madre de la habitación.

Después de eso sólo recuerdo que dormía y despertaba por unas horas. En la segunda semana de mi estadía en el Hospital empecé a ver los cambios en mi cuerpo, las marcas estaban de color amarillo y un poco negro. Comencé a levantarme de a poco, mi mamá venía todos los días, pero no me decía mucho, decía una y otra vez que a mi papá se le había pasado la mano con esto.
-Hija si no es para tanto el haber perdido la virginidad.- Me decía mi madre.
-Pero si yo no la he perdido, mamá- le decía
-Hija si no importa, esas cosas pasan- me decía con tranquilidad
-Mamá si no la he perdido como quieres que te lo diga, Mateo está mintiendo, con Santiago somos muy buenos amigos, pero no hemos llegado a eso- quiero que me crea.
-Ya Catita, no importa, si esas cosas pasan- me mira con lástima
-Ay! mamá, si te digo que NO, es NO!!!- siento rabia, porque no me cree?
-Ya no importa, dejémoslo. ¿Cómo te encuentras?- Me pregunta mi mamá para desviar el tema, igual se lo agradezco
-Mejor, pero quiero salir luego de aquí, me aburro mamá- me sonríe y me mira con dulzura, me toca la frente... Se desvanece el recuerdo.

En el presente...

-Pase 3 semanas en el hospital, y pude volver a casa, mi padre no me dirigió la palabra. Nunca entendí su reacción
Luego de 6 meses, por fin hice confesar a Mateo de su mentira, logre limpiar mi honor, según yo, pero mi padre le dio lo mismo, no creía en mí, y prefirió darme una golpiza, por bocazas, por no asumir la "realidad, por mentirosa, por deshonrosa", y porque según él, había obligado a mentir al "Pobre de Mateo".- Hago una pausa, hace mucho tiempo que eh bloqueado estos recuerdos y los eh mantenido oculto en este gran secreto.

-Volví al hospital, estuve 4 semanas para recuperarme, pero cuando volví a casa, "al hogar", mi progenitor me volvió a tratar de lo peor, pero esta vez ... fue delante de mi madre, quien fue ella la que no aguanto más, pero igual duele cuando te dicen "Es mejor que te vayas", con quince años, QUINCE, a donde te vas?.- Le miro directamente a los ojos, y esconde su mirada.

-Tome mis cosas, y llame a mi abuelo el único adulto de está espantosa familia, el único que me apoyo que me quería de verdad, el único que no pregunto nada, y que me dio su confianza y como yo confíe en él.- suelto el aire que había reservado.

-Dime Alejandro, te parece tan santo, ahora Santelices?.

Se queda callado no dice nada, le tuerzo la sonrisa. Me levanto de mi asiento, salgo de la 'oficina', encuentro a unos de los guardias que ha llevado a Alejandro y pido que le saquen las esposas.Mientras yo me voy a mi oficina. Ya no puedo, me duele la cabeza, tengo rabia, si pudiera matar en este instante lo haría.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 2




-Sé que no fue un hombre bueno, pero no debes hablar así de él- me dice este hombre que no conozco y que no me conoce que se cree!?
-¿Qué sabes tú?-. Miro con cautela a éste hombre que me impide el acceso a mi auto. Me estoy empezando a enojar.
-Desea hablar contigo, es importante, o si no, no estaría yo, rogándole a que vaya a verlo-. Me mira con compasión, y no sé qué hacer realmente, ese hombre, para mí está muerto y es mejor que se quede ahí.

Alejandro


-No, dile que se vaya a la mierda, me dejo hace mucho, y si, nunca me quite este puto apellido es para recordar que no debo creer en nadie, si que a la mierda. Y ahora aléjate de mi puto auto que tengo que irme-. Me mira, y no dice nada y se aparta.

Entro en mi auto, lo enciendo, comienza a sonar la música Burn de Ellie Goulding, me relajo al sonido de la música, meto primera y me marcho,  veo por el retrovisor a ese hombre, que me ha hecho recordar del mayor secreto que eh guardado por años, que nadie sabe, me prometí callarlo, olvidarlo y enterrarlo LO PROMETÍ, y debo cumplirme esa promesa, quiero sacarme de la cabeza es maldito nombre, ya es suficiente recordatorio mi puto apellido, por el amor de Dios sácame este recuerdo, es suficiente, ya para Catalina, tú eres quien eres por tu abuelo y por tu madre.

Mi teléfono celular


En mi departamento, busco mi celular, comienzo a jugar con él hasta que me decido en llamar a mi mejor amiga, la única que conoce parte de mi secreto, pero sólo una parte, es mejor así. Le marco y contesta al tercer timbrazo.
-Kate, por favor necesito juntarme contigo-. Ni siquiera un hola, me avergüenzo, pero me urge hablar con ella.
-¿Qué pasó Cata, estás bien?-. Me sonrió, me conoces tan bien, mi linda Kate.
-Puede ser hoy?-. Le pregunto
-Pero Cata, tengo hijos tú sabes eso-.
-Kate, tienes una perra, y no son hijos déjala sola.
-¡QUE!-. Me dice con falso enojo
-Bueno tráela pero olvídate de meterla dentro de mi casa, te lo prohíbo-. Le digo con resignación
-Gracias, sabía que no eras mala con la Pelú-. Maldita perra, ja! es una perra poodle, es bonita, pero prefiero los perros grandes, un pastor alemán, podría ser, no una perra que trata como hija, que porquería
-Bien, a las ocho en mi casa tú, y esa cosa-. Me río, pero sé que no le ha causado gracia mi comentario.

Katherine Zelis
(Kate)

Kate es una persona muy alegre, extrovertida, donde está ella, está la risa, siempre le ha gustado cocinar, y no sé como lo hace para mantenerse así de delgada con tanto pastel. Se vino a Boston un año después de que yo me haya venido, y se vino con una maleta llena de sueños, una parte ellos se quedaron en México, otra en el avión, otros cuando bajo de éste, y los poco que le quedaban quedaron fuera de esta casa, al ser muy extrovertida, le causo problemas, una que otra escucho sus sueños y se los robaron, otros le cortaron las alas, perdió plata, pero no importa, porque yo creí en Kate, nos asociamos en su gran sueño, es dueña y pastelera de su propia empresa Pastelería Dolces.
Después de varios años logramos posicionar el negocio en un buen nivel, y comenzó a ganar su propio dinero, jamás le pedí el dinero de vuelta, porque prefería ser parte de su sueño aunque lo perdiera, se fue de mi casa, y comenzó a ser independiente. De eso ya son siete años, mi querida Kate.

Auto de Kate

La veo por fin estacionar frente a mi casa su volvo plateado, y ahí viene esa cosa, junto a Kate, esos ojos marrones y lleva su pelo lacio marrón claro al viento, hermosa y con una sonrisa en los labios. Toca el timbre y le abro la puerta.
-Hola...- me responde ella, y miro con desdén a esa criatura blanca
-Sólo un momento, por favor no seas mala, tú sabes que le da miedo estar solita afuera- Me hace un puchero.
Sabía que no podía confiarme de ella, y no me resisto si que abro aún más la puerta para dejar la entrar con esa cosa.
-Café, té, jugo o alcohol?- le ofrezco
-Mala, dame un jugo, porque sé que lo del alcohol es mentira- y me río.
-Era una broma. Kate, te acuerdas de Luis Santelices?- Veo atragantarse a la pobre de Kate.
-Pero qué te pasa?!, desde cuando me llamas y me preguntas eso-, me dice mientras se sienta en uno de los sillones negros de cuero y me mira con desesperación. -Si tú misma siempre me has dicho que no quieres saber nada de Santelices, y de qué viene esto?-. Guardo silencio, es difícil pronunciar una palabra con los vagos recuerdos que eh intentado bloquear por años, después de unos minutos infernales, en los que Kate no pronuncia palabra alguna, lo cual se lo agradezco, hablo.
-Desde ahora. Fue un maldito imbécil al estudio jurídico para preguntarme por él- le digo mientras camino por la cocina no quiero verla a los ojos, no quiero ver su expresión de horror.
-¿¡Qué!? Mentira-, y sé que su mirada está fija en mi espalda, la sigo esquivando, comienzo a poner agua en un vaso, el ruido del agua cayendo en el vaso amortigua el grito de Kate, y amortigua mis recuerdos.
Me encuentro la cosa en mis pies, y le doy gracias, hace que me olvide un poco.
-Oye cosa no te daré comida, pídesela a tu dueña, fuchi- y le sonrió, pareciera que oliera lo que siento, y me mira con ojitos de compasión.
-¡Pesada!-. Me grita Kate -Pelú, ven, no le hagas caso a la linda de mi amiga- y la perra corre al oír a su dueña y se va directo a sus piernas. Kate le hace cariño detrás de las orejas al animal y se queda tranquilita si hasta parece un peluchito.
-Toma aquí tienes jugo y galletas- le coloco en la mesa del living.
-Cuéntame cómo eso que vino un hombre para hablar de ese hombre que te hizo...- abre los ojos como si se le salieran de las órbitas y se tapa la boca, me mira pidiendo disculpa por el comentario.
-No lo digas- y trato de reprimir el recuerdo, cierro mis ojos y llevo mis manos a mi cabeza y me pongo de rodillas sobre el suelo. Escucho correr a Kate hacia mí.
-Amiga linda, ay! lo siento soy una bestia, sé lo mucho que sufres por eso, pero tienes que hablarlo, tienes que ir a un terapeuta- mientras me abraza.
-Lo sé, pero tengo trabajo, y sabes que Roberto me succiona el tiempo- le digo, ya un poco mejor, con mi comentario intento despreocuparla, pero sin éxito.
-Pero desahógate es lo mejor- La miro, con cara de pocos amigos. Le digo la otra parte?, podrá sobrellevarlo como yo lo eh intentado hacerlo durante 20 años?, pero si no le digo tampoco podré sanar, pero lo comprenderá?
-Ehmm yo... Kate te quiero mucho, no quiero que te enojes por no haberte contado la historia completa- la miro con preocupación por su reacción.
-Cata, si hubo algo que no me hayas dicho, no creo que sea porque no confíes en mí, es porque no encontraste las palabras para como decírmelo, y son tus tiempos para hablar no los míos- Tan comprensiva como siempre, le sonrío, pero ya es tiempo de que le cuente.
-Luis Santelices, no es un familiar cualquiera- estudio su expresión y veo que no dice nada, sigo -bueno eso ya lo sabías- asiente con la cabeza, sé que está esperando más información. -Es difícil- hago una pausa, este es más difícil de lo que creía. -Luis Santelices, es ... mierda cuesta.
-Si no puedes decirlo no me lo digas veo que estas muy complicada.
-No, es mejor, es sólo una palabra, una sola, cómo va a ser tan difícil decirlo- le sonrió a Kate, y ella pacientemente espera

-Luis Santelices ... es ... mi ... p-pa-padre. Eso Luis Santelices es mi padre- y suelto el aire que estaba acumulando en mis pulmones, miro a Kate y veo que tiene sus manos en su boca y los ojos abiertos como plato.


***
Gracias por ser parte de esto