Vistas a la página totales

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 14



No puedo creer que me eh sincerado con Alejandro, le eh dicho toda la verdad, y ahora más que nunca quiero ir a México, pero no puedo ir sola, creo que invitare a Kate, si la invitare.
Llamo a mi mejor amiga, suena el celular y contesta.
-Cómo estas Kate?- le digo con entusiasmo
-Creo que no mejor que tú, Cata.- y rie
-Amiga, necesito preguntarte algo?
-Dime- dice con seriedad
-Tienes tu pasaporte al día?
-Claro, siempre- me dice y sé que quiere saber el por qué de mi pregunta -por qué?- me rio
-Para que me acompañes a México
-Qué, hablas en serio?, tú y yo a México
-Y Alejandro- le informo
-Queeeeeeé, me eh perdido de algo, tienes que contarme.
-Bueno bueno, le conte todo a Alejandro, sabes confío en él tanto como en tí y en Andrés.
-Sólo confianza o hay algo más.
-Kate!- la regaño, pero tiene razón, hay algo más -Kate, creo que me gusta, que me estoy enamorando de él, pero no te puedo decir que, guau me gusta a patas juntas. NOOOOO, tú me conoces...- No me deja terminar.
-SEGURIDAD- me lo dice con un tono de voz cansino, el cual me hace gracia. -Cata, disfruta, si no es para que te cases mujer.
-Ok!, pero él ira con nosotras- le vuelo a repetir.
-Me gusta la idea, y si a ti no te gusta me lo dejas, bueno?
-Buena loca- y ambas reímos.
Me subo a mi auto, mientras conduzco, decido llamar a Alejandro, me gusta su piel, me gustan sus ojos, su pelo su boca, Dios perdóname, pero lo quiero en mi cama.
No soy un mujer que cree en el amor, pero si en la atracción. Le llamo y no contesta. Sigo manejando hasta que me estaciono en el departamento, y vuelo a llamarlo, me contesta.
-Si?
-Alejandro, soy Catalina
-Hola, dime- parece frío, no con el entusiasmo de siempre.
-Eh. Podrías venir a mi departamento, quisiera hablar contigo. Unas cosas del viaje.
-Si ni un problema voy de inmediato.
 Me meto a la ducha, me relajo un poco. Voy a mi cuarto, y busca una bonita lencería, unos sostener color rosa pálido con aplicaciones moradas, y una tanga del mismo diseño, luego me pongo una falda liviana de color calipso con flores, con una polera blanca sin mangas, y me quedo descalza.
Me siento en el sillón mientras escucho música suave, y espero a que llegue. Después de un tiempo más menos prudente, suena el timbre de mi departamento, y es él, estoy feliz, muuuy feliz.

Le abro la puerta.

-Hola- le sonrio como boba
-Hola- me dice, pero no sonrie- que quieres?- me dice con un tono de molestía, qué le pasa, se supone que yo soy así.
-Bueno entra- entra y se sienta en un sillon, cierro la puerta -Te llame para decirte que iré a México, pero iré con mi amiga Kate- espero su reacción, no me dice nada, pero sé que no le gusta.
-Es necesario qué tienes que ir con ella.
-Claro, ella conoce México, siempre está llendo.- sigo sonriendole
-En eso no hay problema, porque yo igual conozco México, te recuerdo que vengo de allá.- Que pesado es, pero que le pasa?.
-Disculpa si te eh molestado, pero sabes, es mejor que te vayas.
Ahora es él quien me mira raro.
-No entiendo, me llamas, y ahora quieres que me vaya.
-Sí, exacto, lo haz entendido, vete, creo que fue mala idea que vinieras, lo siento, pense, que sería mejor que conversaramos de frente, ya que estaba comenzando a confiar en tí, por todo lo ocurrido ayer, pero veo que me equivoque, vete, por favor.
No espero ninguna reación, porque no la quiero, sólo quiero que se vaya, igual que una niña adolescente eh sido embaucada, porque mierda cuando creo en alguien se comportan así?. Me levanto del sillón, para abrir la puerta y él me sigue, le abro la puerta y se marcha, al momento de cerrarla, me dice -Lo siento.
-Ahhh!!! QUÉ RABIA POR LA PUTA MADRE. Tan estúpida como siempre Catalina, él sólo vino hacer un trabajo, no está enamorado de tí, como tan estúpida mujer.
Abro todas las ventanas del departamento quiero aire, mucho aire. Es lunes, es mí día libre, si que haré lo que es mejor, primero mandare un correo a Roberto, diciéndole que me tomare mis vacaciones, que hace unos cinco o seis años que no me tomo.

Don Roberto Latorre
Presente.
Con fecha de hoy, solicito a usted la autorización de otorgarme mis vacaciones, que se han ido acumulando hace ya seis años.
Espero que se tome a bien,  ya que las necesito para la próxima semana.
De antemano
Catalina Santelices Morga
Abogada. Estudio Jurídico
Latorre.
Presiono el botón enviar.
Ahora a organizar mi agenda, los pasajes.
No reservare hotel porque me quedare en la casa de mi abuelo, y así sabrán que voy.
Una hora más tarde, Roberto me ha contestado mi correo.

Querida Catalina.
No hay problema de que te tomes tus vacaciones que, por cierto muy merecidas las tienes, pero porque no me avisaste con más tiempo, para organizarme. No te preocupes, ve y disfruta.
Cualquier cosa aqui estoy yo y mi estudio para servirte.
Atentamente
Roberto Latorre Andrades
Abogado        
G.G Estudio Jurídico Latorre.
Excelente, todo listo para partir.
Busco un libro para leer, y encuentro ese, que me gusta tanto, "Pídeme lo que Quieras, Ahora y Siempre" de Megan Maxwell, me encanta, si que por quinta o sexta vez, a leerlo.

***

Qué mierda fue lo que hice, qué estúpido fui, ella quería hablar, y yo que no pude controlar mi mal genio, y lo pague con ella, qué culpa tiene Catalina de que me estén presionando?, nada!, ya cumplí con mi trabajo.
Llamo con ese teléfono, que ya me han llamado antes.
-Habla Cruz.
-Dime- La voz femenina de siempre.
-Teniente, Catalina Santelices parte conmigo a México, la próxima semana.
-No puedes adelantarlo Cruz?.
-No, teniente, hay un problema, ella no quiere ir sola, irá con una amiga, Katherine Zelis.
-Ok!, no hay problema, tendrás que cuidar a ambas entonces- lo dice de mala gana.
-Si teniente.
-Cruz, espera ordenes del Comandante, entendido?
-Si teniente- Y corta sorpresivamente el móvil.
Son tan fríos.

Quiero verla, me prometí cuidarla y hacerla sonreír, y no lo eh hecho, sólo la trate horrible.
Me subo a mi auto, corro en él, quiero llegar lo más pronto posible, quiero verla, y haré lo que desde el primer día eh querido hacer, y hoy lo haré.

Me estaciono, por fin, y ni siquiera puedo esperar que el conserje, me autorice la entrada, sólo subo por el ascensor, y siento que demora mucho en subir, por fin en el piso de está bella mujer.
Salgo del ascensor de forma desesperada, y toco de forma insistente el timbre de su departamento. 

Por fin me abre, de lo que me pareciera una vida, me queda mirando sorprendida, sólo me abalanzo sobre su boca, esa boca que tanto eh querido morder, ella no pelea contra mí, se deja llevar, la beso, saboreo sus labios, su lengua, quiero que sea mía por siempre, mis manos bajan por su espalda y la sujeto con firmeza la quiero tener al lado mío por siempre, su aroma me embriaga, me droga. En ese instante me doy cuenta que no la quiero ir dejar nunca más en mi vida. Me separo de ella un instante para verla directo a los ojos y me sumerjo en ellos, y ahora es ella la que asalta mi boca.

***
Dios besa tan exquisito este hombre, besa increíblemente bien, le beso, y él me besa.
-Espera un momento- le digo -Déjame cerrar la puerta de mi casa- le digo con una sonrisa en mi cara.
Me suelta y me deja cerrarla, cuando la cierro, siento su brazo en mi cintura, y su boca en mi cuello, me ataca, y yo quiero que me ataque, lo deseo. Baja con su boca a mi hombro, son suaves, tranquilos, no siente apuro, su mano derecha sube por mis costillas derechas y me saca mi polera, me deja con mis sostenes, y me gira para verme.
-Dónde esta...-Mi pieza, le guió, lo deseo hoy y ahora, le quiero.
Entre besos y abrazos me deja encima de mi cama con suavidad, y comienza a besarme por mis senos sin retirarme el sostén y comienza a bajar por mi vientre. Mira mi tanga, y sonríe, asalta  nuevamente mi boca y sus manos trabajan rápidamente, me quita mi ropa interior, me deja en la cama, y parece una animal hambriento, y yo una presa indefensa, quiero que me devore.
Me contempla, me toca con las llemas de sus dedos, sus manos sujeta mis caderas y las mueve hacia él, y con una suavidad, con una tranquilidad, como si tuviera todo el tiempo del mundo, comienza a hundirse dentro de mi cuerpo, hasta que llega al fondo, comienza el baile al compás de nuestros latidos del corazón, como nunca sentí un orgasmo que iba en ascenso, sentía como me embriagaba en mi interior, y como escapaba de mis labios, se detiene y le miro, me mira y me besa, sonríe, y volvemos a la carga, veo como la oscuridad va pintando las paredes de mi cuarto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario