Vistas a la página totales

jueves, 31 de marzo de 2016

Catalina y Alejandro - Capitulo 23

Esto es malo, él que haya investigado es muy bueno, dice todo, pero exactamente todo sobre Luis Santelices.
-Catalina, lamento decirte que es muy difícil tu batalla, pero la ganaremos y si para eso me debo concentrar exclusivamente a esto lo haré.
-Gracias Roberto.
-Alejandro, espero que cooperes- y por primera vez desde que estoy en esta habitación Catalina se concentra en mí.
-Claro tío
-No me vengas con esas formalidades, que tú crees que soy imbécil, que no me he dado cuenta en que trabaja tu jefecito?
-Tío qué pasa?
-Alejandro, tú fuiste médico, está bien no ejerces la medicina, pero deben haberte pasado ética en unos de tus ramos no?, y sabes no la veo. Por qué no le dijiste a Catalina que su padre se dedicaba a lavar dinero del Cartel de Santa Lucía?
-Yo- mierda -tío yo no sabia
-Tú me crees estúpido- y golpea la mesa con su puño, hace saltar a Catalina.
-Perdón- interrumpe Catalina -Roberto que quieres decir? Qué Santelices es qué?
-Tú padre mi querida Catalina, comenzó lavando el dinero de narcos traficantes, y es muy probable que tu abuelo lo haya descubierto, pero ahora es parte de la organización, y tengo que darte la lamentable noticia que mi sobrino lo sabía, y tu estas aquí para destapar este engaño, porque Hugo Ossandón y su hijo, saben todo esto y eso es con lo que lo amenazan, tu padre ya perdió su poder y necesita que todo vuelva a su lugar y para eso estas aquí, mi querida Catalina, te mandaron a buscar y es lamentable que Alejandro haya sabido esto y no te haya dicho.

Que mierda haré ahora, mi tío a descubierto todo con solo mirar estos papeles y ha unido los cabos mejor que nadie, y recuerdo que por ello es un excelente abogado, pero ahora siento la mirada furiosa de Catalina.
-Tú lo sabías?- la escucho gritar y comienza a caminar hacia mí -Tú lo sabías? Alejandro? responde!
-Yo, he yo
-Lo sabías?, respóndeme ahora!
Agacho mi cabeza -Sí, lo sabía- y siento como mi cara gira a mi lado izquierdo, cuando me enderezo para darle mis explicaciones Catalina esta en los brazos de mi tío llorando desconsolada. Me acerco a ella y sale de su escondite, se suelta del brazo de mi tío y yo retrocedo.
-No sabes cuán arrepentida estoy, de amarte como te amo, pero más aún de que sepas todos mi secretos y que tú me ocultes las cosas, Alejandro, para quién trabajas realmente.
-Para tú padre, para quién más- mierda esta dudando y eso es malo.
-Bien te creeré, ahora dime la verdad, o sino yo misma haré que me la digas y si para ello debo cortarte un brazo lo haré.
-Catalina, tranquila
-Roberto, cómo estarías tú si hace unos días la persona que amas te sigue, igual que un vil ladrón cómo si algo malo estuvieras haciendo y no le es suficiente porque a la primera se enfrasca en una pelea igual que un adolescente y sales golpeado, por tratar de separarlo, y no suficiente con ello ahora te explota en la cara, que es muy probable que ni siquiera te ame, porque te oculta cosas te trae a la boca del lobo y no sabes si es la misma persona que te enamoro con cenas y mensajes tiernos.
-Si lo pones así, yo no sólo le rompería los brazos si no las piernas también.
-Yo te amo, y no lo pongas en duda, si me equivoque y debería haberte dicho todo desde un principio, y sabes tío no me ayudas.
-Aquí yo no vengo ayudarte Alejandro, sino a Catalina.

-Permiso, saldré a tomar un poco de aire.
-Cómo tú quieras- me responde Catalina

Cierro la puerta, y busco es pequeño celular.
-Cruz, qué sucede? es raro que llames hoy.
-Lo sé teniente, pero llego mi tío, y él ha descubierto todo sobre Santelices y se lo ha informado a Catalina.
-Pero Cruz, tú te das cuenta que la has puesto en peligro?
-Lo sé teniente, pero jamás pensé que él uniría tan rápido los cabos y menos que Catalina conocía a gente que investigará tan bien.
-Ese no es el problema que hayan o no investigado bien, sino que ahora Catalina podrá ir donde su padre o el socio de éste a pedir explicaciones, y la podrían matar.
-Eso jamás
-Cruz, te involucraste sentimentalmente con Catalina?
-Teniente, yo daré mi vida por esa mujer.
-Cruz, no te involucres ya te lo dije.
-Dígame que debo hacer ahora.
-Adelantar los planes, yo hablare con el Comandante, para informarle, y tú no te delates más, y eso es una orden.
-Sí, señora.
-Bien, ahora has que Catalina se enfrente a Hugo Ossandón, y el saldrá de su comodidad, para poder atraparlo y meterlo a la cárcel.
-Sí, señora.
Y me corta.
Ahora debo subir a ver qué está pasando con mi tío y Catalina, porque juntos son invencibles.
Toco la puerta con mis nudillos y me abren la puerta
-Entonces haremos eso Roberto- escucho decir a Catalina
-Exacto, pero seré yo tu abogado, tú no, quiero que pienses cada uno de tus pasos, pero por sobre todo seas tú misma.
-Está bien.
-Ahora llamaré a un agente de la DEA, para explicar tu caso y si nos puede dar una mano- un qué?, mierda.
-Tío es necesario hacerlo.
-Pues claro, y espero que cooperes, porque sé que algo más escondes Alejandro, y lo descubriré. Catalina, me gusta este hotel, creo que me quedaré aquí.
-Como gustes Roberto, yo ya te había ofrecido quedarte en mi departamento, pero si tu quieres, nada puedo hacer.
-Podemos seguir revisando?- Digo para cambiar un poco de tema.
-¿Cómo gustes?, pero yo ya sé lo quería saber.- Me dice Catalina- Es mejor que me vaya.
-Espera yo te puedo llevar.
-No, necesito digerir, y no quiero dejar mi auto tirado por ahí.
-Bueno
-Adiós Roberto, cualquier cosa me llamas, mañana comenzamos con la preparación de la demanda.
-Sí, y ya te tendré noticias de esta persona.


Que hago ahora, todo se irá a la mierda, si Catalina descubre lo que realmente soy antes que se lo diga me matará, y mi tío la ayudará. Dios que he hecho.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Catalina y Alejandro - Capítulo 22

No sé en qué mierda estaba pensando, Catalina me importa, me importa más de lo que pensaba, me volví loco al saber que iría a juntarse con Santiago.
Ese imbécil me ha hecho varias, pero nunca me la había cobrado hasta esa noche, en la que Catalina, mi amor salió herida por mi descontrol, corrió como nunca, la llame y la llamo incesantemente y no hay respuesta, Kate por el otro lado nada, mi única opción es llamar a Carmen y enfrentarme a ella nuevamente, ya sé que me odia, pero le dará el recado a Catalina.
Suena, pero no contestan, no habrá dado instrucciones que no contesten el teléfono?, no puede, no sería capaz.
-Hola?- Gracias Dios
-Hablo con la casa de la Familia Santelices?
-Sí
-Soy Alejandro Cruz, quisiera hablar con Catalina Santelices.
-Ah!, Cruz- es Carmen -Qué te dije la última vez que hablamos?, no quiero que te acerques a mi niña, no quiero que la busques, pero no me hiciste caso, y la trajiste, sal de su vida, que aunque me crean que soy vieja y no me doy cuenta, sé que están juntos.
-Señora, de qué está hablando, yo sólo soy un empleado.
-Si claro, un empleado muy raro, que con el poco tiempo que llevas trabajando con Don Luis, te hiciste su mano derecha, y te confío uno de sus secretos más grandes, sé que algo escondes Alejandro.
-No señora, lo que usted ve, es lo que soy.
-Alejandro, deja de buscar a mi niña, te quiero fuera de su vida- Eso jamás, la amo
-Señora, quiero saber donde la encuentro, no he podido hablar con ella hace varios días.
-Ya veo, que bueno, porque tampoco la encontraras en la mansión.
-Cómo que no, si ella se aloja ahí.
-Lamentablemente hace dos días que se fue
-A dónde?!!
-No me grites, y no lo sé, y aunque lo supiera tampoco te lo diría.
-Carmen como no vas...- me corto la llamada.
Dónde mierda se metió, está enojada?, molesta?, mierda!!
Mi celular comienza a vibrar y contesto esperanzado que era Catalina.
-Hola, sobrino- Tío?
-Tío, y este milagro?
-Si- se ríe -necesito que me vayas a buscar al aeropuerto de México, tu estas allá cierto?- ah? viene para acá?
-Eh, yo... eh.
-Que pasa Alejandro?, puedes o no, o sino llamo a Catalina- dijo Catalina
-Sí, sí puedo, cuando llegas?
-En unas horas.
-Bueno ahí estaré esperándote.
-Gracias Alejandro.
Mierda que le dije, mierda, mi tío no sabe nada de mí, no sabe en lo que estoy metido, mierda y mil veces mierda.
Saco mi celular y comienzo a llamar de forma desenfrenada a Catalina me debe responder. Después de más un millón de intentos  me contesta.
-Que mierda quieres?
-Que mierda hiciste?
-Que?
-Eso que mierda hiciste?, porque Roberto Latorre viene viajando a México?
-Porque yo se lo pedí, algún problema con eso o lo solucionaras a los golpes de nuevo.
-Eso, dónde mierda estas, ya sé que no estás en la mansión.
-No, y no pienso volver, pero a ti que mierda te importa.
-Me importa, porque prometí cuidarte.
-Sí claro, por eso me rompiste el labio, ni estúpida. Agradece que no te hice un escándalo, Latorre. Ahora déjame en paz.
-No te atrevas a cortarme. Necesitamos hablar.
-No te preocupes porque tendremos que juntarnos, cuando llegue tu tío.
-Yo lo iré a buscar.
-Bueno Roberto, te dirá donde ir, yo ya le di la dirección del hotel.
-Te estás quedando en un hotel?
-No te importa. Finalmente yo dirijo mi vida.
-¡¡¡Catalina!!!- mierda me corto.
¿¿Ahora qué hago??

Ya han pasado unas horas y voy en mi mitsubishi montero, negro en busca de mi tío. Le espero en la entrada, veo caminar, el mismo caminar de mi padre, una tranquilidad en sus pasos pero en sus hombros una seguridad, su rostro lleno de alegría por verme.
-Alejandro
-Tío- y sellamos nuestro saludo con un abrazo bien apretado.
-Llévame a esta dirección, es para juntarme con Catalina- miro el celular con la dirección, por fin la veré.
-Está bien- Es mejor decirle la verdad a mi tío antes que Catalina le diga algo y él estalle en cólera y no me quiera perdonar.
Freno el vehículo, necesito su atención.
-Qué pasa Alejandro, porque te detienes?
-Tío, tú sabes que yo ya no ejerzo la medicina hace unos años
-Si, hijo eso ya lo sé, dime que está sucediendo
-Te acuerdas que te dije, cuando fui a EE.UU que estaba buscando a una persona?
-Sí, una mujer. Alejandro puedes darte prisa y decirme que está sucediendo por el amor de Dios, que ya me estas asustando.
-Bueno, te lo diré. Tío yo me vine de Londres, por Rosalía, por todo lo que sucedió, su engaño, su traición, todo. Me escape, y llegue aquí a México, quise hacerme una nueva identidad, pero sin olvidar lo que me había dicho mi madre, que debía seguir siendo quien era que eso nada ni nadie podría cambiar. Si que aquí me llamo Alejandro Cruz, no Latorre Cox. Así nadie podría encontrarme ni menos Rosalía. Claudia me ha hecho ese favor por años, mantengo la historia que soy huérfano, y tengo un tío en EE.UU. pero de eso nada más. Cuando ya había llegado a México, fui reclutado, por la familia Santelices- le miro y él se asombra- Sí, tío la familia de Catalina, yo no lo sabía, hasta que hablaste de tu nueva maravilla, ella era la persona que busque por tanto tiempo, ella era.
-Para qué la buscabas- me dice molesto
-Para qué viniera, porque su padre la necesita.
-Dime la verdad Alejandro, ella no quiere nada con su padre, eso yo lo tengo más que claro.
-Bueno, Don Luis, el padre de Catalina, tuvo negocios turbios, y vio disminuida su fortuna, y ahora que sabe que Catalina es una excelente abogada quiere que lo saque de este embrollo.
-Sigues ocultándome información, soy un zorro viejo, no me mientas hombre, que tú sabes muy bien que sabré por un lado o por otro la verdad.
-Me enamore de Catalina, ese es mi problema, me he vuelto celoso, estúpido y todo lo que quieras. Ahora está enojada conmigo, porque hace unos días le dije que no fuera a un restorán y yo la seguí, y espere que el cretino que la había citado, intentará hacerle algo, y sabes no me equivoque, la iba a besar, pero yo me interpuse le di un puñetazo de aquellos, el problema fue cuando Catalina se interpuso, y ella recibió un golpe, me quise morir, porque fue mío, la golpee sin querer.
Escucho un aplauso -Que quieres que te diga, te felicito por idiota, imbécil. Ahora conocerás a Catalina enojada, porque yo si sé lidiar con ella, pero tu Alejandro? podrás?
-No sé.
-Da marcha al vehículo y vamos que debo saber para que me necesita.
En todo el trayecto mi tío no me dirigió la palabra, si me sentí una mierda?, pues claro, Roberto Latorre sabe muy bien cómo hacer sentir mal a una persona. Por fin llegamos a nuestro destino.
-Te pedí, que no hicieras nada con ella. Ahora atente a las consecuencias.
Sólo trago saliva.

-Buenas tardes- le dice a un hombre -Busco a Catalina Zelis- Por eso no podía encontrarla la muy viva, sabe muy bien como desaparecer.
-Sí, pidió una oficina, es las 1013, aquí está la llave, pero sólo pidió que subiera Don Roberto Latorre.
-Soy yo.
-Su cédula- mi tío se la extiende y el sujeto verifica lo necesario, hace una llamada- La señorita Zelis autorizará que suba con un acompañante.
-Que bueno muchas gracias.
-Vamos- me dice
Vamos a un ascensor, mi tío aprieta unos botones y subimos
-No me hablaras Tío?
-Por qué?
-Porque no has hablado en todo este tiempo.
-Estaba uniendo cabos, e imaginando que será lo que quiere Catalina.

Claro, pensando como si yo fuera estúpido, sé que lo hace para que me sienta una mierda.
-Vamos no te quedes ahí como un estúpido, Catalina nos espera.
Roberto toca la puerta, y la abren de inmediato, es Catalina, pareciera que no la hubiera visto hace años, sólo quiero abrazarla, quiero besarla, pero sus ojos no me miran, me esquivan la mirada.
-Que bueno que pudiste venir Roberto.
-Para mí es un gusto, como siempre- se besan en la mejilla.
y cuando creo que me va a saludar, no dice nada, sólo entra y me deja la puerta abierta para que pueda entrar y cerrarla, acaso soy el portero? Eso te mereces por cretino y haberla golpeado.
Le mire su labio, gracias al cielo no tiene nada, solo un poco rojo, pero nada más acaso eso te hace sentir mejor, porque ella ya no tiene marcas en las que tú te puedas sentir culpable no?.
Catalina se pasea de un lado a otro trayendo papeles, maletines y un computador, le entrega los documentos a mi tío, y a mí que me parta un rayo.
-Te explico ahí tienes los informes que le pedí a Andrés sobre, Luis Santelices, Hugo y Mateo Ossandón, Santiago Armen y Sofía Morga.
-Ya veo, un excelente trabajo, como siempre, me encanta como trabaja este hombre- Qué hombre?, no entiendo?
-Quién es Andrés?- ambos me miran con reprobación.
-Por qué mejor no revisabas los informes y buscas algo que nos interese?- me dice mi tío

-Bueno.

jueves, 29 de enero de 2015

Catalina y Alejandro - Capítulo 21


-Ya veo, seguro que no tengo pruebas?.Es mejor que hables con mi abogado.
-Si, dónde está?
-Me presento, Soy Catalina Santelices, Abogada, he trabajado durante años en el Estudio Jurídico Latorre, si tiene duda, puede consultar a mi Jefe, Don Roberto Latorre- su boca se abre, se cierra, me mira y no da crédito a sus oídos.
-Te veré en tribunales
-No, me desocupas mi oficina, porque sabes mejor que yo , que debes marcharte y que no haces más que usurpar que por derecho y ley me pertenece, pero si quieres ir a juicio, vamos!, yo no pierdo, en cambio, usted su "fama", su nombre, se verá basureado. Sin contar, que yo ya tengo un prestigio en EE.UU, en donde mis clientes no han sido cualquiera, sino políticos y empresarios, de mayor calibre que usted.
-Sal de mi empresa.
-Tenga cuidado, que no soy estúpida.
-Cuidado con qué?
-Ojala que no aparezca una noticia, en donde diga, la "Familia Ossandón usurpa legado Santelices", suena bien no cree?
-Vete!- me sonrió al salir de la oficina.
Comienzo a caminar para irme.

-Espera- doy vuelta mi cabeza
-Catalina?, Catalina Santelices?
-Si?, quién eres?
-No te acuerdas de mí
-Por lo que veo no

-Santiago Armen- y me sonríe, rayos es él, esta... tan... wow, varonil
-Y... qué haces aqui?
-Trabajo- sonríe, es tan... lindo.
-En qué trabajas.
-Arquitecto y tú?
-Abogada
-Nunca pensé que te vería de nuevo y menos qué estudiarías eso- todos piensan eso -Y qué haces aquí?
-Solucionando algunas cositas- para qué contarle?
-Te invito a comer hoy en la noche, qué dices?
-Bueno.
-Pastas?
-Claro, cómo sabes?
-Siempre te han gustado o me equivoco?
-Te acuerdas muy bien?
-Pues claro, éramos amigo desde niños
-Si tienes razón- busco en mi bolso una tarjeta
-Toma, mi número.
-Ok!, te llamo para darte la dirección del restorán
-Bien, adiós Santiago- le doy un beso en la mejilla y él me da un abrazo.

Dios, qué me pasa? Santiago, tan alto, pero mucho más lindo de lo que me acuerdo.
-Hola, Roberto, cómo has estado?- por fin atiende el teléfono
-Mi querida Catalina, muy bien, echándote de menos como siempre, tu sabes este estudio jurídico no es lo mismo sin ti.
-Tan lindo como siempre Roberto. Roberto, necesito pedirte un favor, necesito que vengas a México, necesito que me ayudes.
-En qué lío te metiste Catalina.
-En ninguno, ya lo sabes, yo nunca me meto en problemas, sólo por culpa de otros.
-En realidad- se ríe -y no me puedes adelantar nada?
-Lamentablemente no, vuela luego, si?
-Bien, mañana estoy allá
-Gracias Roberto, sabía que podía contar contigo.

Y una última llamada.
-Tantos años.
-Santelices?
-Sí, como has estado?
-Muy bien, hace tiempo que no me necesitas?, que ha pasado?
-Es qué no he necesitado de tus servicios en realidad
-Mmmm... y apuesto que hoy necesitas un servicio mío, por eso me estas llamando no?
-Tan exacto como siempre. Si. Necesito que investigues a fondo, todo, ya sabes como siempre, y cómo si fuera yo, ya que no me encuentro en EE.UU.
-Y, dónde estás mujer?
-En México
-Wow, jamás pensé que te irías para allá, siempre dijiste que NUNCA regresarías a ese lugar.
-Lo sé, lo sé, pero ya estoy aquí, ahora necesito tu ayuda.
-Vale, entiendo, a quien tengo que cazar.
-Son varios. Luis Santelices, Hugo Ossandón, Mateo Ossandón, Santiago Armen y ... Sofía Morga.
-Son varios en realidad, pero ya sabes, como siempre lo haré, en tres días tienes todo.
-No puede ser antes?
-Si quieres un trabajo a medias, te lo entrego en media hora- me lo dice molesto.
-Vale, entiendo, tú ganas, en tres días, los esperare con ansias
-Bye Cata
-Bye Andrés

En la noche...

-Amor, porque no nos juntamos
-No puedo, me voy a juntar con Santiago- mientras me arreglo el cabello.
-Catalina, es Armen?
-Sí, Santiago Armen, un viejo amigo
-Catalina te lo prohíbo
-Por qué?
-Porque yo te lo digo, no quiero que vayas.
-Acaso conoces a Santiago?
-Claro, y es un mujeriego
-Ya basta, Alejandro, es suficiente, iré hablar con Santiago te guste o no, entendiste?
-¡No! Catalina, no, no irás, me enten...-le corto el celular es mejor, me canso este hombre, cuando va entender que aunque mi vida sea un asco, que aunque haya tenido una adolescencia de mierda, me sé defender y lo haré de cualquier persona, y Santiago, es una de esas personas para lograr entender este rompecabezas, que cada vez que quiero unir una pieza encuentro una llave, y abre un secreto o sale a la luz una cosa más, Dios necesito a mi abuelo, necesito a un hombre con la cabeza fría y que no me dé más problemas de los  que ya tengo.

-Tan preciosa como siempre
-Seguro le dices a todas lo mismo
-Cómo crees eso de mí?
-Pienso porque tienes cara de galán
-Ya veo, pero soy un galán muy hermoso, no crees- es muy ególatra, que horror, muero lentamente.
-Sí, muy "galán"- se ríe, cree qué es un cumplido?
-Bueno dejemos mi hermosura a un lado. ¿Qué haces en México?
-Visitando o no puedo?
-Claro que puedes, sólo que pensé que nunca te iba a volver a ver
-Uno nunca sabe las vueltas de la vida.
-Tienes razón.
-Y qué haces trabajando en una de las empresas Santelices?
-Santelices?, no, hace mucho tiempo que no lo son.
-¿Cómo?, si esas empresas son de mi padre
-Lo eran. Te cuento.
-Si por favor.
-Tiene el título "Empresas Santelices S.A.", pero de eso queda "S.A.", ya que hace unos años tu padre le cedió su parte a Hugo Ossandón, te acuerdas de él cierto?, el padre de Mateo- le asiento con la cabeza -Ahora se llama "Ossandón e Hijo S.A.", si que ya no es "Santelices".
-Oh, ya veo.
-No lo sabías.
-Pues claro que no, llevo veinte años fuera de estas tierras.
-Sí, mucho tiempo Catalina, y estás muy hermosa, más que esa joven que recordé por tantas noches.- sujeto mi tenedor y me meto en la boca un bocado gigante de pasta, para no contestarle. -La verdad es que visite muchas veces tu casa para verte, pero no pude, no lo logre, después supe que te habías marchado con tu abuelo, pensé que sería por una temporada, y de esa temporada se volvieron meses y luego años, después perdí toda esperanza, cuando te vi caminar ayer, no podía creerlo habías vuelto, pero muy cambiada y más hermosa que nunca- se comienza acercar a mí, sus labios se acercan a mi boca, y...
-Dios Santo, Alejandro- le digo mientras me paro, tapando mi rostro con mis manos, de mi asiento y veo caer el cuerpo de Santiago al suelo.
-Por esto querías venir?, para esto?- me reclama -Catalina!!
Me agacho al suelo para ver a Santiago, al lado de su boca se ve como una mancha roja recorre su mentón, es SANGRE, por Dios
-Qué te pasa?!
-Pasa que este imbécil de iba a besar Catalina!!
-Alejandro para, estás haciendo un escándalo- Mientras veo como los curiosos se acercan, Santiago se levanta del suelo, se limpia la sangre y se abalanza contra Alejandro. ¡Esto va a terminar mal!
-¡Paren!, ¡Santiago, Alejandro!, ¡Paren por favor!- Intento separarlos, pero es inútil, me saco los tacones, y ahora me meto entre medio de ellos, pero creo que no me ven, un puñetazo me llega directo al labio, rompiéndolo, y caigo al suelo, cuando me ven tendida en él paran, me levanto, no quiero que me toquen, tan imbéciles y cavernícolas se comportan a veces los hombres. Corro al estacionamiento, me subo a mi auto y me largo a la mansión. Mañana buscare un departamento para que Carmen deje de controlarme.

Se abren de par en par las rejas de la mansión, salgo corriendo del auto me meto dentro de la casa, subo las escaleras y me voy a mi pieza, lo trato de hacer lo más rápido posible y sin que se den cuenta.
Prendo la luz de mi habitación, me miro al espejo.
-Quien haya sido lo mato, me dejo el labio hecho mierda- en ese preciso instante mi cuerpo se libera en medio de llanto, por la rabia contenida, por el golpe, por el idiota de mi papá.
Mi celular vibra, por los mensajes, whatsapp y llamadas perdidas.
-VETE A LA MIERDA!
-Qué pasa?- mierda es Kate
-Nada
-No, nada que nada, me abres o hecho la puerta abajo- Abro la puerta de mala gana
-Pasa- intento esconder mi rostro para que no vea mi labio
-Pero que mierda te ...-me sujeta la cara
-Nada, me rompí el labio
-Sí claro, con quien te peleaste?
-Con nadie, pareces Carmen
-No me vengas con eso, déjame ver, está harto mal.
-Mañana buscare departamento, Carmen me controla mucho, y tú sabes que vine por un propósito y lo cumpliré Kate, lo cumpliré.
-Ya, ya, pero tranquila, ahora veamos ese labio, no se ve tan malo
-Espera que es eso??
-Una cremita- cremita, cremita!!! la muy desgraciada me pone alcohol sabía que le iba a decir que no, como mierda la deje -YA ESTA LISTO, que quejumbrosa. Prométeme, que mañana me contarás todo, bueno?
-Vale, ahora déjame dormir

-Bueno, te dejo, descansa.

miércoles, 21 de enero de 2015

Catalina y Alejandro - Capítulo 20


-Amiga, cómo estás?
-Hecha mierda
-Fue muy terrible
-Sí, si hubieras visto a mi madre, como me trato, "de niña malcriada" ¿Qué se cree?, nunca necesite nada de ella NADA, Kate.
-Lo sé, soy testigo de ello. Y Alejandro?
-No sé, hubo un momento que dude de él, pero luego...
-Luego qué?, vamos Cata cuéntame
-Me hizo el amor como nunca, fue como ir al cielo y volver.

Ya era muy tarde, veía como el sol si iba escondiendo para poder alumbrarme mañana, y me suena el celular. Es número desconocido.
-Diga?
-Hija?
-Quién es?
-Catalina, soy tu mamá, me puedo juntar contigo hoy?
-Para qué señora?
-Para hablar contigo, lo necesito.
-Bien

Quedamos en vernos en un café, le pedí la dirección a Carmen, quién no quería dármela, sé que no quería que fuera.
Me subo a mi camaro. Y comienzo a adentrarme en la ciudad, en el tráfico, no es de tanta locura como EE.UU. Veo a Sofía a lo lejos, y ella queda mirando mi vehículo. Busco un lugar para estacionar.
Me acerco a la mesa en la qué me está esperando.
Ella se levanta, para darme un beso en la mejilla, yo me echo hacia atrás, ¿qué le pasa?, me mira raro. Tomo asiento en la silla frente a la de ella.
-Dígame señora Morga a qué se debe este honor.
-Pero Catalina esas no son maneras de tratarme yo soy...
-Lamentablemente sí, es mi madre, pero no lo fue. Ahora no me haga perder mi tiempo y dígame que quiere de mí- le miro con desdén.
-Buenas tardes, va a querer la carta?- me dice el camarero
-Un café cortado por favor- le digo
-Y usted señora- se dirige a Sofía
-Un café expreso- le responde ella
-Muy bien.- termina de anotar en su libreta y se retira.
-Ahora dime que mierda quieres?
-No me hables así.
-Deja de tratar de educarme, que ese trabajo lo hizo mi abuelo, y no quiero perder mi tiempo, entiendes.
Me mira con amargura -Entiendo no quieres hablar conmigo, pero yo sí, hace años que no eh sabido nada de ti, quiero saber que ha sido de ti.
-Oh!, por fin te acuerda de que no vivo contigo hace años, soy una profesional y vivo en EE.UU, vale, ahora eso es todo.
-Permiso- es nuevamente el camarero, me deja mi café y el de Sofía, le doy un sorbo al mío para controlar mi rabia.
-Catalina, ya sé que has hecho una vida en EE.UU, y no quieres saber nada de nosotros. Tú papá- hago una mueca -me ha dicho lo que sucedió...- agacha su mirada y comienza a sollozar, no sé qué hacer, jamás pensé en este minuto, yo... no sé qué hacer -No te pido que lo perdones, porque el daño que te provoco fue muy grande- me toma una de mis manos y me miro directamente a los ojos, le esquivo la mirada, no quiero ver la lástima en sus ojos.
-Ma... Mamá, para, ya paso, estoy bien vale- le digo sin mirarle a los ojos.
-Me dijiste mamá, hija linda, perdón por tratarte mal, perdón por el daño que te hizo Luis, perdón, lo lamento tanto. -Siento sinceras sus disculpas.
-Sé que no eras culpable de todo, si de echarme de la casa.
-Lo sé, lo hice, pero nunca pensando en que te fueras para siempre, si por unos días para poder hablar con Luis y qué me explicará el por qué de la agresión contra ti.- Eso nunca lo pensé, siempre creí que me quería lejos, no que me quería proteger.
-Y porque no me buscaste entonces?
-Don Amador me lo prohibió, sé que no es excusa, pero tú sabes el poder que tenía tú abuelo y... Luis tenía muchos... como decirlo, muchas pérdidas de dinero, y con eso lo amenazo, que no nos acercáramos a ti.
-Ya veo.
Seguimos conversando, y entendí muchas cosas, entre ellas la protección de mi abuelo, el rechazo de mi madre, pero sigo sin entender al imbécil de Santelices. Nos levantamos de nuestros asientos, ya es casi media noche, me acompaña hasta dónde tengo mi auto. Señala el camaro y me dice: -Pero a quién se le ocurre tener este auto tan lujoso, no crees qué es mucho?
-No encuentro que sea mucho, es un buen auto, muy lindo por cierto- quiero que suelte la lengua
-Pero es gastar por gastar
-No, es una buena inversión, sobre todo porque es mi auto- Me mira con una cara que yo me desarmo riendo.
Abro el auto y no puede creer que sí, es realmente mío.
-Vamos sube que te llevo a tu casa.
-Gracias

Al son Lo-Fang, me voy manejando hasta llevarla a su casa, y de ahí a la mía.
No sé si es feliz la palabra, pero fue buenísimo haber podido conversar con Sofía, no es que la haya perdonado, pero ahora más madura le entiendo en parte, sus sentimientos.

-Maldita alarma, porque mierda te puse tan temprano.
Me visto, me maquillo y salgo corriendo de la casa, necesito estar en la empresa cuando este abriendo, tengo que hablar con Ossandón.
-Buenos días, el señor Ossandón se encuentra?
-A cual de los dos Señores Ossandón necesita?- Cuál?
-Hugo Ossandón
-Bueno está don Mateo, le sirve?- es tonta o se hace, porque no me dice inmediatamente que sólo se encuentra Mateo Ossandón, pero le sonrío.
-Bueno, con Mateo
-Y quién es usted?
-Una antigua amiga
-Pero no tiene nombre
-Señorita, si le diera mi nombre, se caería de su silla y correría, como no quiero, haga lo que le pido, o sino hoy en tarde estará despedida- me mira con asombro y acto seguido teclea unos números en el teléfono, murmura uno poco y cuelga
-Suba por el ascensor, es el piso 20 oficina H
-Gracias.
-Ojala que le mueva bien el culo- le miro directamente a los ojos intimidándola y agacha su cabeza, estúpida, ya verás cuando regrese.

Mateo Ossandón

Voy al ascensor y tecleo el número para subir a la oficina
se abren las puertas del ascensor, salgo de ellas y busco la oficina H.
Toco la puerta de la oficina -Adelante- Abro la manilla y me encuentro con un hombre de pelo oscuro, de mirada cansada, levanta la cabeza y me mira como estudiandome.
-Sí? qué desea?
-Hablar con Mateo Ossandón
-Soy yo- se levanta de su asiento y comienza a caminar hacía  mí- y tú eres?
-Tu padre?
-Quien eres?
-Me gustaría darle la sorpresa ambos.
-Pero yo no comparto
-Perdón?
-Eso, que no comparto- me mira con ojos libidinosos -no me gustan los tríos- pero que le pasa a este hombre que soy una qué?
-Disculpad, Mateo, necesito los informes ya!
-Si papá- por fin al que necesitaba
-Señor Ossandón, necesito hablar con usted
-Dime rápido niña.
-En su oficina
-Dime ya!, no tengo tiempo
-Si quiere pasar vergüenza, bueno le digo de inmediato- me hace un desdén con la mano, él lo quiso así.
-Soy Catalina Santelices Morga, heredera del imperio Santelices, necesito que me entregue los libros de contabilidad, fusiones y demás, haré lo antes posible posesión de la empresa, como su dueña absoluta.
-Espera, tú no eres la dueña, soy yo
-Quien le avala

-El papel que firmo tu padre- me toma del brazo con fuerza y me mete dentro de una oficina- mira mocosa, para eso necesitas un abogado para probar todas las estupideces que estás diciendo, perdona -se ríe, se ríe de mí -y por lo que veo es tu palabra contra mía- ahora soy yo quien se ríe, vamos estúpido, sigue que te vas a hundir.

Hugo Ossandón