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miércoles, 13 de mayo de 2015

Catalina y Alejandro - Capítulo 22

No sé en qué mierda estaba pensando, Catalina me importa, me importa más de lo que pensaba, me volví loco al saber que iría a juntarse con Santiago.
Ese imbécil me ha hecho varias, pero nunca me la había cobrado hasta esa noche, en la que Catalina, mi amor salió herida por mi descontrol, corrió como nunca, la llame y la llamo incesantemente y no hay respuesta, Kate por el otro lado nada, mi única opción es llamar a Carmen y enfrentarme a ella nuevamente, ya sé que me odia, pero le dará el recado a Catalina.
Suena, pero no contestan, no habrá dado instrucciones que no contesten el teléfono?, no puede, no sería capaz.
-Hola?- Gracias Dios
-Hablo con la casa de la Familia Santelices?
-Sí
-Soy Alejandro Cruz, quisiera hablar con Catalina Santelices.
-Ah!, Cruz- es Carmen -Qué te dije la última vez que hablamos?, no quiero que te acerques a mi niña, no quiero que la busques, pero no me hiciste caso, y la trajiste, sal de su vida, que aunque me crean que soy vieja y no me doy cuenta, sé que están juntos.
-Señora, de qué está hablando, yo sólo soy un empleado.
-Si claro, un empleado muy raro, que con el poco tiempo que llevas trabajando con Don Luis, te hiciste su mano derecha, y te confío uno de sus secretos más grandes, sé que algo escondes Alejandro.
-No señora, lo que usted ve, es lo que soy.
-Alejandro, deja de buscar a mi niña, te quiero fuera de su vida- Eso jamás, la amo
-Señora, quiero saber donde la encuentro, no he podido hablar con ella hace varios días.
-Ya veo, que bueno, porque tampoco la encontraras en la mansión.
-Cómo que no, si ella se aloja ahí.
-Lamentablemente hace dos días que se fue
-A dónde?!!
-No me grites, y no lo sé, y aunque lo supiera tampoco te lo diría.
-Carmen como no vas...- me corto la llamada.
Dónde mierda se metió, está enojada?, molesta?, mierda!!
Mi celular comienza a vibrar y contesto esperanzado que era Catalina.
-Hola, sobrino- Tío?
-Tío, y este milagro?
-Si- se ríe -necesito que me vayas a buscar al aeropuerto de México, tu estas allá cierto?- ah? viene para acá?
-Eh, yo... eh.
-Que pasa Alejandro?, puedes o no, o sino llamo a Catalina- dijo Catalina
-Sí, sí puedo, cuando llegas?
-En unas horas.
-Bueno ahí estaré esperándote.
-Gracias Alejandro.
Mierda que le dije, mierda, mi tío no sabe nada de mí, no sabe en lo que estoy metido, mierda y mil veces mierda.
Saco mi celular y comienzo a llamar de forma desenfrenada a Catalina me debe responder. Después de más un millón de intentos  me contesta.
-Que mierda quieres?
-Que mierda hiciste?
-Que?
-Eso que mierda hiciste?, porque Roberto Latorre viene viajando a México?
-Porque yo se lo pedí, algún problema con eso o lo solucionaras a los golpes de nuevo.
-Eso, dónde mierda estas, ya sé que no estás en la mansión.
-No, y no pienso volver, pero a ti que mierda te importa.
-Me importa, porque prometí cuidarte.
-Sí claro, por eso me rompiste el labio, ni estúpida. Agradece que no te hice un escándalo, Latorre. Ahora déjame en paz.
-No te atrevas a cortarme. Necesitamos hablar.
-No te preocupes porque tendremos que juntarnos, cuando llegue tu tío.
-Yo lo iré a buscar.
-Bueno Roberto, te dirá donde ir, yo ya le di la dirección del hotel.
-Te estás quedando en un hotel?
-No te importa. Finalmente yo dirijo mi vida.
-¡¡¡Catalina!!!- mierda me corto.
¿¿Ahora qué hago??

Ya han pasado unas horas y voy en mi mitsubishi montero, negro en busca de mi tío. Le espero en la entrada, veo caminar, el mismo caminar de mi padre, una tranquilidad en sus pasos pero en sus hombros una seguridad, su rostro lleno de alegría por verme.
-Alejandro
-Tío- y sellamos nuestro saludo con un abrazo bien apretado.
-Llévame a esta dirección, es para juntarme con Catalina- miro el celular con la dirección, por fin la veré.
-Está bien- Es mejor decirle la verdad a mi tío antes que Catalina le diga algo y él estalle en cólera y no me quiera perdonar.
Freno el vehículo, necesito su atención.
-Qué pasa Alejandro, porque te detienes?
-Tío, tú sabes que yo ya no ejerzo la medicina hace unos años
-Si, hijo eso ya lo sé, dime que está sucediendo
-Te acuerdas que te dije, cuando fui a EE.UU que estaba buscando a una persona?
-Sí, una mujer. Alejandro puedes darte prisa y decirme que está sucediendo por el amor de Dios, que ya me estas asustando.
-Bueno, te lo diré. Tío yo me vine de Londres, por Rosalía, por todo lo que sucedió, su engaño, su traición, todo. Me escape, y llegue aquí a México, quise hacerme una nueva identidad, pero sin olvidar lo que me había dicho mi madre, que debía seguir siendo quien era que eso nada ni nadie podría cambiar. Si que aquí me llamo Alejandro Cruz, no Latorre Cox. Así nadie podría encontrarme ni menos Rosalía. Claudia me ha hecho ese favor por años, mantengo la historia que soy huérfano, y tengo un tío en EE.UU. pero de eso nada más. Cuando ya había llegado a México, fui reclutado, por la familia Santelices- le miro y él se asombra- Sí, tío la familia de Catalina, yo no lo sabía, hasta que hablaste de tu nueva maravilla, ella era la persona que busque por tanto tiempo, ella era.
-Para qué la buscabas- me dice molesto
-Para qué viniera, porque su padre la necesita.
-Dime la verdad Alejandro, ella no quiere nada con su padre, eso yo lo tengo más que claro.
-Bueno, Don Luis, el padre de Catalina, tuvo negocios turbios, y vio disminuida su fortuna, y ahora que sabe que Catalina es una excelente abogada quiere que lo saque de este embrollo.
-Sigues ocultándome información, soy un zorro viejo, no me mientas hombre, que tú sabes muy bien que sabré por un lado o por otro la verdad.
-Me enamore de Catalina, ese es mi problema, me he vuelto celoso, estúpido y todo lo que quieras. Ahora está enojada conmigo, porque hace unos días le dije que no fuera a un restorán y yo la seguí, y espere que el cretino que la había citado, intentará hacerle algo, y sabes no me equivoque, la iba a besar, pero yo me interpuse le di un puñetazo de aquellos, el problema fue cuando Catalina se interpuso, y ella recibió un golpe, me quise morir, porque fue mío, la golpee sin querer.
Escucho un aplauso -Que quieres que te diga, te felicito por idiota, imbécil. Ahora conocerás a Catalina enojada, porque yo si sé lidiar con ella, pero tu Alejandro? podrás?
-No sé.
-Da marcha al vehículo y vamos que debo saber para que me necesita.
En todo el trayecto mi tío no me dirigió la palabra, si me sentí una mierda?, pues claro, Roberto Latorre sabe muy bien cómo hacer sentir mal a una persona. Por fin llegamos a nuestro destino.
-Te pedí, que no hicieras nada con ella. Ahora atente a las consecuencias.
Sólo trago saliva.

-Buenas tardes- le dice a un hombre -Busco a Catalina Zelis- Por eso no podía encontrarla la muy viva, sabe muy bien como desaparecer.
-Sí, pidió una oficina, es las 1013, aquí está la llave, pero sólo pidió que subiera Don Roberto Latorre.
-Soy yo.
-Su cédula- mi tío se la extiende y el sujeto verifica lo necesario, hace una llamada- La señorita Zelis autorizará que suba con un acompañante.
-Que bueno muchas gracias.
-Vamos- me dice
Vamos a un ascensor, mi tío aprieta unos botones y subimos
-No me hablaras Tío?
-Por qué?
-Porque no has hablado en todo este tiempo.
-Estaba uniendo cabos, e imaginando que será lo que quiere Catalina.

Claro, pensando como si yo fuera estúpido, sé que lo hace para que me sienta una mierda.
-Vamos no te quedes ahí como un estúpido, Catalina nos espera.
Roberto toca la puerta, y la abren de inmediato, es Catalina, pareciera que no la hubiera visto hace años, sólo quiero abrazarla, quiero besarla, pero sus ojos no me miran, me esquivan la mirada.
-Que bueno que pudiste venir Roberto.
-Para mí es un gusto, como siempre- se besan en la mejilla.
y cuando creo que me va a saludar, no dice nada, sólo entra y me deja la puerta abierta para que pueda entrar y cerrarla, acaso soy el portero? Eso te mereces por cretino y haberla golpeado.
Le mire su labio, gracias al cielo no tiene nada, solo un poco rojo, pero nada más acaso eso te hace sentir mejor, porque ella ya no tiene marcas en las que tú te puedas sentir culpable no?.
Catalina se pasea de un lado a otro trayendo papeles, maletines y un computador, le entrega los documentos a mi tío, y a mí que me parta un rayo.
-Te explico ahí tienes los informes que le pedí a Andrés sobre, Luis Santelices, Hugo y Mateo Ossandón, Santiago Armen y Sofía Morga.
-Ya veo, un excelente trabajo, como siempre, me encanta como trabaja este hombre- Qué hombre?, no entiendo?
-Quién es Andrés?- ambos me miran con reprobación.
-Por qué mejor no revisabas los informes y buscas algo que nos interese?- me dice mi tío

-Bueno.

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