No sé en qué
mierda estaba pensando, Catalina me importa, me importa más de lo que pensaba,
me volví loco al saber que iría a juntarse con Santiago.
Ese imbécil me ha
hecho varias, pero nunca me la había cobrado hasta esa noche, en la que
Catalina, mi amor salió herida por mi descontrol, corrió como nunca, la llame y
la llamo incesantemente y no hay respuesta, Kate por el otro lado nada, mi
única opción es llamar a Carmen y enfrentarme a ella nuevamente, ya sé que me
odia, pero le dará el recado a Catalina.
Suena, pero no
contestan, no habrá dado instrucciones que no contesten el teléfono?, no puede,
no sería capaz.
-Hola?- Gracias
Dios
-Hablo con la
casa de la Familia Santelices?
-Sí
-Soy Alejandro
Cruz, quisiera hablar con Catalina Santelices.
-Ah!, Cruz- es
Carmen -Qué te dije la última vez que hablamos?, no quiero que te acerques a mi
niña, no quiero que la busques, pero no me hiciste caso, y la trajiste, sal de
su vida, que aunque me crean que soy vieja y no me doy cuenta, sé que están
juntos.
-Señora, de qué
está hablando, yo sólo soy un empleado.
-Si claro, un
empleado muy raro, que con el poco tiempo que llevas trabajando con Don Luis,
te hiciste su mano derecha, y te confío uno de sus secretos más grandes, sé que algo
escondes Alejandro.
-No señora, lo
que usted ve, es lo que soy.
-Alejandro, deja
de buscar a mi niña, te quiero fuera de su vida- Eso jamás, la amo
-Señora, quiero
saber donde la encuentro, no he podido hablar con ella hace varios días.
-Ya veo, que
bueno, porque tampoco la encontraras en la mansión.
-Cómo que no, si
ella se aloja ahí.
-Lamentablemente
hace dos días que se fue
-A dónde?!!
-No me grites, y
no lo sé, y aunque lo supiera tampoco te lo diría.
-Carmen como no
vas...- me corto la llamada.
Dónde mierda se
metió, está enojada?, molesta?, mierda!!
Mi celular
comienza a vibrar y contesto esperanzado que era Catalina.
-Hola, sobrino-
Tío?
-Tío, y este
milagro?
-Si- se ríe -necesito
que me vayas a buscar al aeropuerto de México, tu estas allá cierto?- ah? viene
para acá?
-Eh, yo... eh.
-Que pasa
Alejandro?, puedes o no, o sino llamo a Catalina- dijo Catalina
-Sí, sí puedo,
cuando llegas?
-En unas horas.
-Bueno ahí estaré
esperándote.
-Gracias
Alejandro.
Mierda que le
dije, mierda, mi tío no sabe nada de mí, no sabe en lo que estoy metido, mierda
y mil veces mierda.
Saco mi celular y
comienzo a llamar de forma desenfrenada a Catalina me debe responder. Después
de más un millón de intentos me
contesta.
-Que mierda
quieres?
-Que mierda
hiciste?
-Que?
-Eso que mierda
hiciste?, porque Roberto Latorre viene viajando a México?
-Porque yo se lo
pedí, algún problema con eso o lo solucionaras a los golpes de nuevo.
-Eso, dónde
mierda estas, ya sé que no estás en la mansión.
-No, y no pienso
volver, pero a ti que mierda te importa.
-Me importa,
porque prometí cuidarte.
-Sí claro, por
eso me rompiste el labio, ni estúpida. Agradece que no te hice un escándalo,
Latorre. Ahora déjame en paz.
-No te atrevas a
cortarme. Necesitamos hablar.
-No te preocupes
porque tendremos que juntarnos, cuando llegue tu tío.
-Yo lo iré a
buscar.
-Bueno Roberto,
te dirá donde ir, yo ya le di la dirección del hotel.
-Te estás
quedando en un hotel?
-No te importa.
Finalmente yo dirijo mi vida.
-¡¡¡Catalina!!!-
mierda me corto.
¿¿Ahora qué
hago??
Ya han pasado
unas horas y voy en mi mitsubishi montero, negro en busca de mi tío. Le espero
en la entrada, veo caminar, el mismo caminar de mi padre, una tranquilidad en sus
pasos pero en sus hombros una seguridad, su rostro lleno de alegría por verme.
-Alejandro
-Tío- y sellamos
nuestro saludo con un abrazo bien apretado.
-Llévame a esta
dirección, es para juntarme con Catalina- miro el celular con la dirección, por
fin la veré.
-Está bien- Es
mejor decirle la verdad a mi tío antes que Catalina le diga algo y él estalle
en cólera y no me quiera perdonar.
Freno el
vehículo, necesito su atención.
-Qué pasa
Alejandro, porque te detienes?
-Tío, tú sabes
que yo ya no ejerzo la medicina hace unos años
-Si, hijo eso ya
lo sé, dime que está sucediendo
-Te acuerdas que
te dije, cuando fui a EE.UU que estaba buscando a una persona?
-Sí, una mujer.
Alejandro puedes darte prisa y decirme que está sucediendo por el amor de Dios,
que ya me estas asustando.
-Bueno, te lo
diré. Tío yo me vine de Londres, por Rosalía, por todo lo que sucedió, su
engaño, su traición, todo. Me escape, y llegue aquí a México, quise hacerme una
nueva identidad, pero sin olvidar lo que me había dicho mi madre, que debía
seguir siendo quien era que eso nada ni nadie podría cambiar. Si que aquí me
llamo Alejandro Cruz, no Latorre Cox. Así nadie podría encontrarme ni menos
Rosalía. Claudia me ha hecho ese favor por años, mantengo la historia que soy
huérfano, y tengo un tío en EE.UU. pero de eso nada más. Cuando ya había
llegado a México, fui reclutado, por la familia Santelices- le miro y él se
asombra- Sí, tío la familia de Catalina, yo no lo sabía, hasta que hablaste de
tu nueva maravilla, ella era la persona que busque por tanto tiempo, ella era.
-Para qué la
buscabas- me dice molesto
-Para qué
viniera, porque su padre la necesita.
-Dime la verdad
Alejandro, ella no quiere nada con su padre, eso yo lo tengo más que claro.
-Bueno, Don Luis,
el padre de Catalina, tuvo negocios turbios, y vio disminuida su fortuna, y
ahora que sabe que Catalina es una excelente abogada quiere que lo saque de
este embrollo.
-Sigues
ocultándome información, soy un zorro viejo, no me mientas hombre, que tú sabes
muy bien que sabré por un lado o por otro la verdad.
-Me enamore de
Catalina, ese es mi problema, me he vuelto celoso, estúpido y todo lo que
quieras. Ahora está enojada conmigo, porque hace unos días le dije que no fuera
a un restorán y yo la seguí, y espere que el cretino que la había citado,
intentará hacerle algo, y sabes no me equivoque, la iba a besar, pero yo me
interpuse le di un puñetazo de aquellos, el problema fue cuando Catalina se
interpuso, y ella recibió un golpe, me quise morir, porque fue mío, la golpee
sin querer.
Escucho un
aplauso -Que quieres que te diga, te felicito por idiota, imbécil. Ahora
conocerás a Catalina enojada, porque yo si sé lidiar con ella, pero tu
Alejandro? podrás?
-No sé.
-Da marcha al
vehículo y vamos que debo saber para que me necesita.
En todo el
trayecto mi tío no me dirigió la palabra, si me sentí una mierda?, pues claro,
Roberto Latorre sabe muy bien cómo hacer sentir mal a una persona. Por fin
llegamos a nuestro destino.
-Te pedí, que no
hicieras nada con ella. Ahora atente a las consecuencias.
Sólo trago
saliva.
-Buenas tardes-
le dice a un hombre -Busco a Catalina Zelis- Por eso no podía encontrarla la
muy viva, sabe muy bien como desaparecer.
-Sí, pidió una
oficina, es las 1013, aquí está la llave, pero sólo pidió que subiera Don Roberto
Latorre.
-Soy yo.
-Su cédula- mi
tío se la extiende y el sujeto verifica lo necesario, hace una llamada- La
señorita Zelis autorizará que suba con un acompañante.
-Que bueno muchas
gracias.
-Vamos- me dice
Vamos a un
ascensor, mi tío aprieta unos botones y subimos
-No me hablaras
Tío?
-Por qué?
-Porque no has
hablado en todo este tiempo.
-Estaba uniendo
cabos, e imaginando que será lo que quiere Catalina.
Claro, pensando
como si yo fuera estúpido, sé que lo hace para que me sienta una mierda.
-Vamos no te
quedes ahí como un estúpido, Catalina nos espera.
Roberto toca la
puerta, y la abren de inmediato, es Catalina, pareciera que no la hubiera visto
hace años, sólo quiero abrazarla, quiero besarla, pero sus ojos no me miran, me
esquivan la mirada.
-Que bueno que
pudiste venir Roberto.
-Para mí es un
gusto, como siempre- se besan en la mejilla.
y cuando creo que
me va a saludar, no dice nada, sólo entra y me deja la puerta abierta para que
pueda entrar y cerrarla, acaso soy el portero? Eso te mereces por cretino y haberla golpeado.
Le mire su labio,
gracias al cielo no tiene nada, solo un poco rojo, pero nada más acaso eso te hace sentir mejor, porque ella
ya no tiene marcas en las que tú te puedas sentir culpable no?.
Catalina se pasea
de un lado a otro trayendo papeles, maletines y un computador, le entrega los
documentos a mi tío, y a mí que me parta un rayo.
-Te explico ahí
tienes los informes que le pedí a Andrés sobre, Luis Santelices, Hugo y Mateo
Ossandón, Santiago Armen y Sofía Morga.
-Ya veo, un excelente
trabajo, como siempre, me encanta como trabaja este hombre- Qué hombre?, no entiendo?
-Quién es Andrés?-
ambos me miran con reprobación.
-Por qué mejor no
revisabas los informes y buscas algo que nos interese?- me dice mi tío
-Bueno.