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miércoles, 29 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 11


Lo eh conseguido, gracias al cielo, por fin la convencí de regresar a México. Estoy tan feliz, de poder haberlo logrado, salto por toda la casa de alegría.
Tocan la puerta de mi departamento, abro la puerta sin mirar siquiera quién puede ser, mi felicidad se va al tacho de la basura, me sorprende, una melena rubia, con ojos de gata me miran con una sonrisa en sus labios  -Qué mierda haces aquí?- es lo único que puedo decirle, no era la persona que quería ver.


Rosalía Fernandez.

-Ay! querido Alejandro, después de cómo me trataste es mejor que hablemos no crees?- lo dice mientras pasa adentro de mi casa, pero que hice?, tengo que sacarla.
-Rosalía, sal de mí casa, AHORA!!- le abro la puerta.
-Ay! pero que maneras son esas de tratarme, ya no te acuerdas de cómo lo pasabamos?- se acerca, comienza a tocarme el cuello, QUE ASCO, -DÉJAME EN PAZ-  la separo de mi cuerpo la tomo con mi brazo, no quiero que me toque, y la sujeto con fuerza sacándola de mi sala, de mi departamento y de mi vida -Mira, VETE DE AQUÍ, DE MI VIDA Y piensa que me eh muerto...- me abraza, quiere besarme -Pero qué PUTA eres?.- Le digo enojado y con asco.
Siento que me observan y veo esos ojos hermosos con los que llevo semanas soñando, pero no me miran como eh soñado con ellos sino me mira, furiosa.
-Pero qué maneras son esas de tratar a una dama?- me dice Catalina. Yo me río por el comentario de Catalina, pero mejor me callo. La suelto -Si fuera en realidad una dama te creo, pero no lo es, es una pu...- la miro con desdén.
Veo abrir los ojos de Catalina como platos y girar sus talones, mierda, ahora no querrá ir conmigo a México, si antes odiaba a Rossy, ahora la odio más.
-Catalina, espera- le grito mientras corro detrás ella hasta que la alcanzo. Rossy me sujeta de la camisa, me giro mirándola con furia,y tomandole sus manos para que me suelte, no quiere y yo sólo pienso en qué se va a ir Catalina, no la quiero perder, le aplico fuerza, para que me suelte, veo la cara de Rossy, y me mira con dolor, entiende ahora que ya no me interesa?, finalmente me suelta y persigo a Catalina literalmente, sólo quiero hablar con ella que entienda, que Rossy no es nada en mí vida, que no me interesa, qué es sólo ella, por fin la veo al final del pasillo, esta por bajar las escaleras.
-¡CATALINA! ¡CATALINA PARA!- maldición sigue caminando, apuro el paso tengo que alcanzarla.
-¡CATALINA!, por favor detente- le toma por el brazo derecho, se detiene al fin, totalmente con el corazón en la boca, y mi cuerpo agitado por correr de manera tan rápida.
-No, creo que haya sido buena idea lo de ir a México, no te conozco, y después de esto...- Apunta hacia mi departamento -Creo que eh cometido un error- me dice furiosa, la trato de entender y se suelta de mi mano.
-Espera, no es cómo tu piensas... claramente no es así, esa zorra se está entrometiendo en mi casa, y ni siquiera la eh llamado créeme por favor- y sé que mi mirada es de gatito con botas, pero sé que le da o mismo. 
-Y qué es lo que yo pienso?- Eh quedado sin palabras, porque mierda, tiene buenas respuestas, no se que esta pensando y eso es malo, la miro con cara de disculpa, y se ríe.
-De qué te ríes?- se ríe de mí?.
-De tú cara- yo igual me río con ella, tengo que haber parecido un perdedor,  ok, ha ganado, pero ahora a recuperar su confianza.
-Te quiero dar una explicación, por lo que viste- le insisto.
-Yo no te la eh pedido, pero te mentiría si te digo que no quiero saber- guau está mujer me sorprende.
-Bueno Rosalía- le cuento todo? no es necesario, es mejor omitir información irrelevante- fue mi ex hace tres años, y lamentablemente me engaño- hago una pausa porque nunca es grato hablar de un engaño, menos si te proyectabas con una persona -no fue  una vez, si no varias veces más,  preferí no saber cuantas- con saber que me había engañado con tres hombres en menos de una semana era suficiente para no conocer su lista- cuando la encontré en la cama con mi...- ella no sabe toda mi vida, mierda -...amigo- es mejor así, que no sepa que tengo una vida muy distinta a la que realmente tengo. Le miro, ya no quiero seguir hablando, por lo que veo ha captado aquello.
-Y después de esta confesión al medio del pasillo, podré entrar a tu departamento?- Oh, cierto, tiene razón como siempre, es mejor que vayamos. Le sonrío a esta bella mujer.
-Vamos, pero te recuerdo qué puede estar Rossy- le digo para que no se asuste o vuelva a salir corriendo, y así es, ahí esta, sentada en mi sillón esa puta de mierda, como mierda no entiende que no quiero volver a verla?, acaso ya no le eh dicho en todos los tonos que no quiero saber nada de ella? que no me interesa? que piense que me eh muerto?. Me eh ido de Londres para no encontrármela, preferí cambiarme el nombre para que no me buscara y que no me encontrará, le pedí expresamente a Claudia que me quería mantener lo más alejado de esta zorra, me dijo que lo haría, porque mierda esta aquí?.
-No te dije que te fueras?- cruzo mis brazos, esperando con ello que se vaya. Necesito que se marche, Catalina quiere hablar conmigo y yo con ella.
-No, no me iré, hasta que hablemos- no me interesa hablar con ella y le pongo mi cara más despectiva que puedo -y prefiero hacerlo a solas, no quiero a chismosas- le importa un carajo mi cara, y a mi una mierda, está mujer ya me está aburriendo, como no entiende un NO por respuesta?
-Rosalía, puedes irte?- utilizo otra táctica, la caballerosidad -tengo que hablar con ella es muy importante- sigo esperando que se vaya, necesito que se vaya, ya me tiene aburrido.
-Ah! no!- escucho ese gritito de mierda en mis tímpanos- a mí no, mira Alejandro, yo vine desde Londres, para hablar contigo en persona y no me iré porque llego tu putita de turno si que te aguantas las ganas, y la dejas afuera para hablar conmigo- su mirada va directo a Catalina, y ella le sostiene la mirada, ni pestañea, Catalina no le teme -capaz que así haga más dinero, y trabaje dos veces- No!, mierda, en qué estaba pensando cuando me metí con ella por la mierda.
-Perdón?, con quién crees que estás hablando- escucho a Catalina hablar la miro para que calle, pero no me mira, mierda tengo que parar esto.
-Mira putita- le dice Rosalía a Catalina en tono despectivo -a mí no me hablas así- levanta su dedo índice poniéndoselo frente a la cara de Catalina -a mí me respetas PUTA- finalmente la empuja. Todo lo veo en cámara lenta, Catalina se abalanza sobre Rosalía, como una fiera y le toma la misma mano que hace unos segundos la estaba apuntando se la dobla, de Rosalía solo escucho quejidos por la fuerza aplicada en su brazo, se revuelve de dolor, Catalina queda detrás de ella y ahora es su brazo izquierdo el que le sujeta del cuello a Rosalía, ésta intenta liberar el cuello, pero Catalina no la deja y la aprieta contra su cuerpo, su boca la acerca a la oreja derecha de Rosalía y algo le dice en un murmullo que no entiendo bien, "muerte"?, "piensa"?, qué le habrá dicho?
-Vuelve a repetirlo?- Rosalía sólo abre los ojos exageradamente, tiene miedo -Ahora te preocupas?- le dice Catalina.
-Suéltame estúpida!- le grita ahogadamente Rossy.
-Puta yo?- No la quiere soltar, es mejor que me entrometa, o este puede terminar mal.
-Catalina suéltala- le digo molesto, porque esto me preocupa.
-Tú no te metas- me grita -esto es entre "Rossy" y yo- me mira con decisión -escuchame bien "Rossy",  te estas metiendo con alguien que no debes, me entiendes?- Rossy está inmóvil -ME ENTIENDES- le infringe dolor con la mano derecha con la que tiene doblada por la espalda, la muñeca de la mano derecha de Rossy, y Rossy asiente - que puedes salir muy mal si yo lo quiero así. Ahora que te quede grabadito en esa cabeza hueca que tienes, YO NO SOY PUTA, estúpida, soy ABOGADA, métetelo en esa cabeza que tienes de niña tonta- y le suelta -ahora me dejas hablar con mi cliente- comienza nuevamente a acercarse de forma intimidatoria hacia Rosalía -o yo misma llamo a la policía por estar dentro de una casa que no es tuya y qué por lo que veo TU NO ESTAS INVITADA. Ahora- le mira, le sostiene la mirada, y por primera vez veo a Rosalía bajar la cabeza ante otra persona que no sea mi tío -elige, te vas tú por tu propia voluntad, o yo te saco?- pero veo que dura poco, la Rossy altiva vuelve a la acción.
-Qué te crees abogaducha de cuarta que yo...- y escucho un estrello, y es Catalina que abofeteo a Rosalía, Dios jamás se me paso por la cabeza, ver a Rossy al borde de las lágrimas por la humillación en la que hoy ha sido expuesta.
-Ya es suficiente de insultos Rosalía- y ahora miro directo a Catalina- también es suficiente de violencia- Catalina no se siente culpable, pero evita mirarme- Rosalía, para que entiendas y para la próxima escucha y luego hables, Catalina es una de las mejores abogadas qué existen en Boston, por algo es que trabaja para mi tío-
Su boca se abre al escuchar eso, todavía le teme a mi tío eso es bueno, así la sacare un tiempo de mi vida.
-Entiendo- y agacha la cabeza, se siente humillada y no es para menos- me voy, pero Alejandro, tenemos que hablar- me mira con ojos suplicantes.
-No Rosalía, hoy ha sido la última vez que te vuelvo a ver, si vienes una vez más te demandare, por estafa, te quedo claro?- me mira, no lo puede creer, asiente y se va, por fin.

Por fin cierro la puerta de mi departamento y tras ella eh dejado mi pasado que tanto eh querido dejar atras, y Rosalía me lo recordaba una y otra vez, poniéndome en riesgo. Me giro y veo a Catalina de pie en la sala, su cara aún es de batalla, no ha bajado la guardia.
-Un café por el mal rato?- Catalina me mira y asiente con la cabeza.
-Necesito que me cuentas toda la verdad Alejandro, es obvio que no eres totalmente sincero conmigo- En realidad si supieras toda la verdad de mi te prometo que saldrías arrancando, pero me encandilaron tus ojos, tus labios, que mujer, le digo. Si es mejor.
-Bueno ya sabes como me llamo, Alejandro Latorre Cruz- si, mentí en mi segundo apellido, pero es por una buena causa -nací aquí en Estado Unidos- otra mentira, la miro y sigo -mis padres fallecieron en un accidente automovilístico, cuando tenía 20 años, viví con mi tío y luego me fui a trabajar con Santelices, bueno Rosalía aprecio mientras trabajaba con Santelices. Bueno eso- Le sostengo la mirada como un buen mentiroso.
Me mira como si supiera que miento, esa sensación es mala, no me gusta.
-Ya veo, que corto el relato de tú vida- presiento lo peor -y está llena de mentiras- OH! me ha pillado, eso es malo, no confiara en mí
-Alejandro, dime la verdad.
-Ok, pero si tu también me cuentas la verdad.
-Ok- y me da la mano para sellar nuestro trato.
-No nací en Estados Unidos, nací en Londres, mi padres si murieron, y yo herede todo, dinero, empresas y un Hospital, soy médico y ejercido muy poco, pero me gusta, me fui a trabajar con tú pa... digo Santelices, porque necesitaba salir de todo esto, y Cruz no es mi verdadero apellido sino Cox, y tú pa... digo Santelices no sabe que soy Latorre si no Cruz.
Abre los ojos como plato y asiente.
-Dónde viene esa tal Rosalía?.
-La conocí en una de las auditorias anuales que le realizo a mis empresas, y no te mentiré, me enamore de ella, hasta que empece a darme cuenta de sus infidelidades, sólo quería despojarme de mi dinero y las empresas que mis padres me habían dejado, nunca me tuvo un cariño, ya que, incluso se metió a la cama con mi chófer, y no era una amigo era un chófer.- Termino y quedo más tranquilo.
-Ahora te toca a tí, dime la verdad.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capitulo 10


Estoy en mi auto y espero hasta que sale del estudio jurídico.
Por fin, sale del ascensor, la veo caminar -Oh Dios mío, que mujer- digo en un susurro, se ve muy bella con ese vestido negro ajustado a su cuerpo, pasa cerca de mi auto y veo como lo queda mirando un instante, ¿qué pensará?, después de unos segundos sube a un nissan, ¡un V16!. 
-Pero cómo puede tener ese auto, si es tan feo el modelo- digo detrás del volante que me esconde de la vista de la "Señorita Santelices"
Arranca su auto, yo doy contacto a mi Ferrari negro, demoro uno segundos y bajo mi cabeza para buscar música desde mi celular y nuevamente la elijo ya llevo días escuchándola home de Bublé, es hermosa, y dice lo que yo siento en este momento, sólo quiero estar cerca de ella. Por fin puedo poner primera a mi Ferrari y acelero, sí, tengo un Ferrari y me encanta, la verdad es que no soy quién, le digo ser al Señor Santelices, ni a mi tío, hay un secreto que guardo desde los veinticinco años y nadie jamás debe saberlo, pero eso es otro tema.


Al salir del estacionamiento, para ir en persecución de Catalina, me doy cuenta que no está, mierda está mujer es muy buena conduciendo, aunque tiene un auto horroroso, no puedo negar que es buena conductora, incluso me atrevería a decir que es mejor que yo, es buenísima, cuando al fin doy con ella se me vuelve a escapar al dar  el semáforo luz verde sale igual que el corre camino, veloz y a mi sin pensar, más que poner primera y acelerar de inmediato si no quiero perderla de vista, adelanta como una profesional, sabe exactamente donde acelerar y cuando frenar, si mi oido no me falla utiliza mucho cambio, lo cual es bueno mantiene mayor seguridad en la conducción.
Cuando por fin termina su carrera se estaciona fuera de un edificio, comienzo a buscar un estacionamiento para mí sin levantar sospechas de mi presencia en el lugar, no la dejaré que me sorprenda por segunda vez, ya me "arrestaron" una vez, no de nuevo, cuando al fin encuentro un lugar que no está muy cerca de la entrada del edificio bajo de mi auto, me apresuro, tengo que acercarme a ella antes que entre, cuando ya me encuentro a unos centímetros de ella, no se si tocarla, sujetarle de su cintura, pero olvido esos pensamientos, decidiéndome mejor por -Tenemos que hablar- gira su cabeza.

Veo que tiene miedo, camina rápido, la sigo.
Sube al ascensor, y por fin me deja entrar a su casa, tan hermosa, es hermosa, pero hombre si no te debes enamorar, no otra vez.
Entro a su departamento, es bonito, si pero, creí que sería más elegante, recuerdo que es sola, trabaja todo el día.
-Te vas a quedar mirando todo el rato?- me interrumpe mis pensamientos.
-No, gracias por dejarme pasar- y cierra la puerta detrás de mí.
-Bueno, ahora dime a qué vienes- siempre es así?
-Veo que eres directa- no sonríe, sólo me mira, no veo ni una sola emoción en su rostro, que mujer, es una mujer de hierro acaso?.
-Me puedo sentar?- le pregunto y ella asiente. Me siento en un sillón de cuero café bastante cómodo.
-Entonces?-. Que mujer más impaciente, pero me gusta, ya veo que no pierde el tiempo y ahora voy entendiendo a mi tío porque le gusta su trabajo y que no la quiera perder.
-Ya sabes quien soy, si que me ahorro las presentaciones. Vengo por tu padre- y veo que se estremece por decirle esa palabra, me da curiosidad -¿Qué sucede?- No dice nada. -Luis Santelices, está muy enfermo, tiene cáncer, y le queda muy poco de vida, él quiere que te hagas cargo de sus empresas- espero a que me diga que si, para poder empezar con la otra parte.
-A mí no me interesa nada de él, si se muere mejor y por sus empresas está mi madre- Se para y se marcha cerca de la puerta, comienza abrirla -Si eso es todo, es mejor que te vayas, no quiero ser grosera más de lo que ya eh sido contigo, por favor ándate es mejor para ambos.- Yo no quiero irme, quiero terminar a lo que vine.
-Yo no eh terminado, sucede, que si tú no tomas la posesión de la empresa de tú padre, lo harán los Ossandón- Y yo no quiero, es mucho pedir?
-Y por qué?, yo tengo entendido que ellos no tienen ni acciones en la empresa, son sólo empleados- me mira con intriga , no entiende, es complicado de explicar. Cierra la puerta.
-Si, son sólo empleados, pero eso fue hace tiempo, ahora ya tienen capital y han obtenido el suficiente como para ser socios con mi jefe- digo así para que no se ponga mal y no se cierre como ostra - pero al morir Don Luis, y si tú no reclamas tú herencia, ellos tomarían posesión de la empresa haciéndola suya. La historia que tú me contaste, tiene cosas que calzan y otras que son vagas para mí, las cuales tú ... digo Santelices no quiso completar- y ojala tú quieras hacerlo.
-Las cuales yo no te rellenare tampoco- tan pesada, pero qué se cree.
-Ya veo, debe ser muy grave o muy terrible- le lanzo el comentario para ver si salta la liebre y me da información.
-Bueno si eso es todo, puedes irte- En serio?, está mujer no tiene sentimientos, con que frialdad se dirige a su padre y todo lo que lo rodea. Pero antes le preguntaré, finalmente si no quiere ir alla ella, pero es abogada.
-¿Qué pasaría si tú padre firma cediendo, sus derechos de la empresa a esta persona, o un papel?.
- Tú dices, que firmo un papel, en cual estipula que cede sus derechos hereditarios?- Es lo mismo que dije, porque se complica tanto. Asiento con la cabeza -Es ilegal.- Qué! en serio?
- Sí, porque no puede hacerlo, es más bien moralista esa norma legal, en la qué prohíbe suceder a una persona viva, aún cuando ella este de acuerdo, porque la persona que fuere beneficiaria, podría mandar a matar. No me digas que hizo eso?.
-Sí y ahora quiere anularlo, le dijeron que no se podía, claro, siempre dicen eso, porque es difícil de probar.- ella asiente.

Es mejor irse así que me levanto del sillón café, me voy, sé que no dirá nada, esa información debe procesarla y luego comunicarme que es lo que ella quiere hacer y comunicárselo a mi jefe yo por mi lado. -Pero antes de marcharme, te dejo mi numero por si es que quieres preguntarme algo.- Mira el papel en mi mano, siento que duda para tomarlo me mira directamente a mis ojos, cómo si buscara algo y, gracias al cielo toma mi numero y lo guarda.
Me voy de su departamento, pero que carácter, lo malo es que me está gustando, Alejandro quítatela de la cabeza, no puede suceder nuevamente lo mismo, no te puedes enamorar, pierdes la cabeza, pero es tan hermosa.
Me subo a mi ferrari, y me voy a mi departamento.

Debo investigar a los Ossandón sé que ellos algo se traen, mi intuición no es tan mala. Nota mental.

***

Han pasado los días, y le eh estado dando vueltas, porque los Ossandón quieren la empresa?, y si ellos inventaron todo para que me fuera?, pero nadie obligo a Santelices a hacerme lo que me hizo, y eso no tiene perdón. 
Es sábado, me levanto, estar en mucho tiempo en la cama me hace mal, me duele la cabeza, me preparo un desayuno, con leche, tostadas y miel. Me visto con ropa deportiva, veo la hora, las nueve y treinta de la mañana, salgo a correr, para despejar las ideas. Después de cinco kilómetros, estoy sudada, y lo único que quiero es ducharme con agua caliente. Entro a mi departamento, lo primero que hago es tomar un vaso de agua por la deshidratación, dejo el vaso de agua en el lava plato, mientras camino me voy sacando la ropa y la voy dejando tirada en el suelo, voy al baño, y abro la llave del agua caliente, meto un pies en la tina para sentir el calor del agua, ahora la dejo correr por mi espalda, luego por mi nuca, desperezo mi cansancio por el trote, siento como los músculos se relajan, y quedo un rato debajo del chorro de agua, se siente muy bien, me echo champú en el cabello, lo retiro y me pongo el acondicionador, para dejar suave mi cabello finalmente corto la llave del agua,  tomo una toalla, me seco con cautela, luego me echo crema humectante. Me encamino a mi habitación, contemplo la vista que tiene mi pieza, boto la toalla en el suelo y comienzo a rebuscar en mi ropero, por fin encuentro algo que ponerme y decido colocarme ropa ligera, unos jeans, polera blanca sin mangas y zapatillas. Comienzo a hacer los quehaceres del hogar, tiendo mi cama, barro la habitación, el living y la cocina, lavo los platos que han quedado de la noche anterior y los del desayuno, abro las cortinas para que entren los rayos solares y abro las ventanas para que entre un poco de aire, me gusta sentir el frio del aire, es una sensación de limpieza, y antes que se me olvide la ropa que deje tirada.
Encuentro en la mesa un papel, lo tomo y veo el número celular de Alejandro, comienzo a pasarme un millón de películas, y recuerdo como lo hizo para poder hablar conmigo, me sonrió, es tan hermoso, es un guerrero.
Finalmente decido llamarlo.
-Alejandro?- pregunto.
-Si, quien es?- parece que está durmiendo y me hace gracia.
-Soy Catalina- le informo.
-Oh!!, como estas?- me dice.
-Bien, bien, gracias. Quiero juntarme contigo a conversar- le digo.
-Claro, voy a tu casa de inmediato- cómo? cree que es así de fácil? No señor.
Me rio -No, tomémonos un café, te mando la dirección por whatsapp-
-Ok, espero el mensajito- dice malhumorado. Me rio.

En dos horas nos juntamos en un café. Mientras buscaba estacionamiento, recuerdo que no eh hablado con Kate hace unos días, tiene que estar feliz por descansar de mis locuras. Veo la hora, y faltan unos minutos, así que saco mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón, busco en los contactos y toco el nombre "Kate". Al segundo timbrazo contesta.
-Hola amiga.
-Hola cómo estas? qué me cuentas?
-Después, de dejarlo esposado, me sentí mal.
-Por qué lo dejaste esposado?
-Porque me intento llevar a la fuerza
-Oh, y para dónde?
-Si dejas de interrumpirme te podré contar.
-Ok- y se rie por el otro lado del auricular.
-Bueno como te iba diciendo, lo deje esposado, porque intento llevarme a la fuerza, llame a seguridad y ellos lo redujerón, la cosa que al final, cuando pensaba que se había ido, me lo encuentro en la oficina de Roberto.- Hago una pausa para saber si me está escuchando
-Y?, yapo Cata, no te quedes callada justo ahora.
-Se presenta como Alejandro Latorre, LATORRE
-Noooo!!!
-Siii. Es sobrino de Roberto, me quería morir, quería puro enterrarme.
-Me imagino, amiga. Roberto sabe lo que paso con Alejandro?
-Al parecer no, porque no me dijo nada al día siguiente no me dijo nada.- Veo aproximarse a Alejandro, su caminar es hermoso, y esos pantalones que lleva le quedan muy bien, se le ajustan perfectamente, y esos lentes de sol que lleva le quedan a la perfección, suspiro. -Kate, tengo que cortar, ya viene Alejandro.
-Bueno amiga, cuidate, ah! y no lo esposes.
Guardo mi celular en mi cartera, y veo como Alejandro levanta la silla que está enfrente de mi, sentándose en ella.

-Hola, esperaba que no te perdieras- le digo.
-No, es que no sabía donde estacionar, pero ya estoy aquí.- Me dice, mientras llama a un camarero. -Y bueno de qué quieres hablar?.
-No es obvio, lo único que nos une es Santelices- pongo mis codos en la mesa y junto mis manos, apoyando en ellas mi rostro. -Qué sucede con él, por qué me quiere ver con tanto ahínco, y qué tiene que ver Mateo Ossandón?-
En ese momento se acerca el camarero, y le ofrece la carta, Alejandro le mueve la mano.
-No quiero un café cortado, soda y galletas de vainilla, y tú quieres algo?- me dice.
-Bueno lo mismo que él- el camarero termina de tomar nota y se marcha.
-Ahora si, dime.-me dice observándome directamente a los ojos.
-Lo que te dije, ¿Qué sucede con Santelices? ¿Qué tiene que ver Mateo Ossandón?- le repito
-Eso es lo que quiero averiguar, pero por lo que veo tu padre, no ha sido totalmente honesto, al igual que tú, hay algo que no calza, y espero que tú seas quien me lo diga- ja!, yo no lo haré. Le sonrió y muevo mi cabeza de un lado a otro, aún no puedo confiar en él, hay cosas que él no me ha contado, y que yo ya sé, pero por lo que veo, él cree que no lo sé.
-Pero, dime que es lo que tiene que ver Mateo?- quiero respuestas.
-Bueno, pasa que tu padre- yo suelto el aire, me mira y corrige -Santelices, está muy enfermo, tiene cáncer, y si tú no estás en el momento de su muerte, perderás las empresas de t... Santelices, ya que, él hace mucho tiempo firmo un documento en el cual estipulaba, que si tu no estabas al momento de su fallecimiento sería todo para Mateo Ossandón, pero es extraño que lo haya firmado lúcido, si me lo preguntas- Es muy extraño, pero aún más que haya firmado un documento que es totalmente ilegal en México, acá en Estados Unidos puede ser. Mmmm... , pero ya está firmado, él siempre supo que yo estaba en Nueva York con mi abuelo, nunca se lo oculto, pero tienen que haberlo obligado, y por qué Mateo?, podía haber sido Hugo, su amigo, el padre de Mateo.
De la nada me brota de mi boca, una oración, que jamás pensé que diría. En ese momento llega el camarero con nuestros cafés, le sonrío al muchacho y sus mejillas se tornan más rosadas, lo que a mí también hace ruborizarme, luego miro a Alejandro y parece disgustado, porque celoso sería raro. Pero si fuera? Y digo así sin más.
-Llévame a México- y sonríe..

Nota: La norma legal, expuesta existe en Chile, en el artículo 1463 del Código Civil, y por indagaciones Nuestra Legislación, es parecida a la Mexicana, la cual está en el artículo 1826 del Código Civil de este país.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 9






Me descargo con la silla de mi oficina, no me gusta que Roberto me utilice de esa forma, esta bien que sea mi trabajo, pero ser abogada no es precisamente ir amenazando a la gente, también se pueden dar soluciones. Qué rabia!

Sé que lo que hizo al final Rob, fue con dolo, se paso de la raya, para mí una palabra es una palabra, pero no puedo cuestionar a mi jefe, él lo hace así, lamentablemente yo sólo soy una pieza en este ajedrez y el es "Rey" y a él es al que tengo que proteger. Y se que ese idiota era lo que merecía, eso, no lo cuestiono, porque es así, él es una chantajista profesional, y nada más que denunciarlo era lo que teníamos que hacer, pero de ahí a que le dijera que se podría ir si sólo le depositaba en su cuenta la cantidad acordada, y este sujeto lo cumple, y mi jefe no cumple su palabra, eh visto muy pocas veces a Rob actuar así, y no me gusta, da un poco de miedo.


Arreglo mis papeles, apago mi computador personal y el de la oficina, tomo mi maletín, y rebusco en uno de los bolsillos del maletín para encontrar las llaves de mi auto, después de este día quiero llegar luego a mi casa, quiero ducharme con agua muy caliente, meterme a mi cama y dormir hasta el lunes.


Bajo al estacionamiento y busco mi auto, que se encuentra entre una camioneta Dodge negra, y un Ferrari, también es negro, es hermoso me gusta, y miro mi autito, mi compañero de tantas batallas, que nunca me ha dejado tirada, siempre aguantando, pero seamos realistas
"es viejo", aunque prefiero un auto no tan ostentoso como el Ferrari, un Audi no estaría mal, y me sonrío, me imagino el auto y me agrada mi sueño, un R8 creo que sería el apropiado, o no también puede ser un Chevrolet Camaro, ya Catalina deja de mirar como boba el bello auto y vete a casa a descansar, recuerda que hoy madrugaste. 

Mientras voy conduciendo escucho Royals, una canción que me ha llegado a lo más profundo, me gusta su melodía y me sumerjo en su música y recuerdo a Alejandro, sé que no tiene la culpa de nada, finalmente esta haciendo su trabajo de la misma forma en la que yo realizo el mío, claro es una pena que trabaje para ese hombre, que me hizo tanto daño, sí sólo hubieran sido los golpes, o los malos tratos sería más fácil el perdón pero no, no le fue suficiente. Y si Alejandro conociera la verdad, lo que realmente paso?, seguiría trabajando par Luis Santelices?. Alejandro,tiene nombre de emperador, "Alejandro Magno", es alto, de brazos fuertes y con carácter, "no pienses tanto en él", me regaño, pero esa mirada azulada, y esa sonrisa ganadora cuando descubrí que es sobrino de Rob, me encantaron, me sumergí en un sentimiento que no había experimentado, deseo quizás, pero no lo conozco y si me preguntan que si quiero conocerlo mmm... puede ser, esa picardía con la que mira, ese brillo en los ojos, no los vi en ningún otro hombre con él que eh estado, es diferente. Catalina Elizabeth Santelices Morga, enamorada? me rió, que más puedo hacer? reírme.

Hace muchos años que no siente lo que es el amor, Catalina se distinguió entre el resto no por sus notas, sino por su decisión, por tener una idea de lo que quería y que iba en su busca, por su perseverancia. Y aunque para sus colegas sea una novata, ya que no ha tenido suficiente casos, pero los que ha tenido ninguno lo ha perdido, pues Roberto no lo cree así, considera que es una mujer que no teme a nada ni a nadie, piensa como hombre, pero sufre como mujer, es una mujer muy práctica, si le molesta algo va y lo enfrenta no se queda con la espina metida, así es como ha sobrevivido. Roberto no conoce su mayor secreto.

Juró nunca enamorarse, cree en los hombres como cree en sus clientes, nada!, no confía porque sabe lo que busca un hombre en una mujer, sexo!. Ha estado con varios, pero nunca ha tenido una relación sólida, aunque es muy bella y de gran intelecto, cada uno de los hombres que han estado en su vida la han engañado de una u otra manera, y para ella Alejandro no es diferente al resto, aunque la mire con esa mirada que la ha embrujado Catalina es terca y jamás dirá que le gusta prefiere seguir siendo la fuerte, la dura y no enfrentar lo que le pasa. Lo que no sabe que desde este día ya no habrá vuelta atrás, desde hoy, la mujer de hierro, sentirá, y querrá saber, lo que significa el amor, tendrá que confiar y decir ese secreto que la ha atormentado por tantos años.



Me estaciono fuera de mi departamento, cierro la puerta y me encuentro de frente con Alejandro. ¿Qué mierda hace aquí? Este hombre da miedo, que hago, converso o arranco? segunda opción mejor arranco.

Camino rápido, esto me está dando miedo, qué le pasa a este hombre para ir así detrás mío. Siento sus pasos detrás de los míos.

-Necesitamos hablar-, me dice en un soplo, mi piel se eriza con su voz ronca. Mi cerebro ha logrado controlar mi corazón si es más fácil no hacerle caso, sigo avanzando no quiero hablar con él, me da miedo, auxilio. Camino más deprisa para no demostrar miedo, abro las puertas para entrar al departamento, saludo al conserje y sigo avanzando, veo el ascensor presiono el botón y gracias a Dios abre de inmediato, me alegro, pero no!, sube conmigo.

-¿Por qué te arrancas?- me pregunta
Sólo lo miro con demasiada desconfianza. Acaso no es obvio por qué me arranco? me quiso llevar a la fuerza, me ha desorganizado mi mundo, o él no se da cuenta de esto?
-No te haré daño, estoy aquí para hablar- lo mismo dijo la última vez, y termine hablando más de la cuenta, y él esposado en una oficina, pero me intriga quiero saber.
-Podrías hablar mañana en la oficina, no aquí, a esta hora en mi departamento- ahí estaría más segura. cualquier cosa podría gritar y al menos alguien llegaría a mi rescate. Suena un poco paranoico. me rió, y él me ve con esos ojos hermosos como si estuviera loca.
-Sé que me vas a decir que no, pero debo intentarlo. Ya sabes que estoy aquí por tu padre, o por Luis, necesito que me acompañes, necesito que vayas conmigo a México- buena respuesta, pero mi sonrisa a desaparecido al saber el porque de su visita, o que creías que te vendría a ver por ti? nooo, el quiere terminar su trabajo y marcharse, sería mucho más fácil para él si cooperaras
Catalina, y ni jodiendo voy, por qué tengo que ir yo? si Santelices quiere verme, pues que el venga.

-Y por qué no le dices a tu jefe que venga él?- me mira como si yo estuviera loca, lo estoy?
-Catalina tu padre esta con una enfermedad terminal- hago una mueca de dolor al escuchar la palabra padre.
-Aunque quisiera no puedo, tengo mucho trabajo atrasado- le doy una escusa, lo cual no es mentira.
-No hay problema, le digo a mi tío que te necesito para algo importante, o que te dé unos días libres- y conociendo a Rob le diría que NO, pero no se en el caso de su sobrino.

Se abren las puertas del ascensor y Alejandro sale del ascensor junto conmigo, veo que no se irá sin hablar, pero igual tengo intriga, lo dejo entrar, quiero saber qué es lo que tanto quiere hablar conmigo.
-Bueno veo que no te irás así que entra.

Se queda parado en la entrada,como si hubiera un campo de fuerza y que el no puede atravesar, qué piensa este hombre?

martes, 7 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 8


Desperté temprano hoy, muy temprano me doy cuenta de la hora al ver mi celular, son cinco de la mañana, y no tengo sueño, aún está oscuro afuera, pero prefiero levantarme.
Voy a mi ropero busco mi ropa deportivo y me saco mi pijama de satén, lo dejo tirado en suelo, me pongo el sostén deportivo negro y luego mi camiseta de color rosado, un short negro, aún descalza salgo de mi habitación para ir en busca de mi telefono, busco el reproductor de mi móvil, ahora con la música encendida, es cómo si la casa no estuviera sola, vuelvo a mi habitación, para colocarme mis zapatillas y calcetines, me hago una cola y termino poniendome una casaca ligera, saldré a correr, necesito despejarme y no pensar más que en la respiración, busco mi banano, el cual como siempre tiene mis audifonos y una copia de la llave del apartamento, me lo ajusto a la cintura, conecto los audífonos a mi celular, me concentro en la melodía, es buena 
-dime que te pasooou uooo- comienzo a tararear.Con los audífonos en las orejas, abro la puerta y salgo a correr.
Mientras corro, aunque no lo crean, me relajo, me despejo, me siento libre, soy yo y la música, sólo los dos, el aire puro llena mis pulmones, y al botarlo recupero las energías que se me habían acabado, siento renovada, después de una hora de trote intensivo, llego a mi casa, ya son las seis con diez minutos, y aún tengo energía, quiero descargarla, tengo la bala pasada como se dice.
Mi departamento tiene tres dormitorios, pero sólo utilizo dos, cuando lo compre ese segundo dormitorio, era para mi abuelo, pero como falleció, jamás lo ocupo, de hecho la que más lo ha ocupado es Kate, ella feliz con un dormitorio extra. El tercer dormitorio es un pequeño gimnasio que tengo, con pesas, mancuernas, colchoneta para abdominales y mi regalón, mi bolsa de boxeo. Me dirijo a él, pero antes de ponerme los guantes de box, voy a un equipo de música al que le coloco una canción que me ayudará a descargar la rabia que llevo dentro comienzo a mover los hombros al ritmo de la música, golpeo la primera vez con fuerza y luego ya es con más precisión, siento como mi hombro rebota en el saco de box, y apuro y saco la rabia contenida.
Me ducho con agua caliente, siento como mi musculatura se relaja, pongo  mi cabeza al chorro de agua, me tranquilizo, pongo mis manos en la pared dejando caer el agua por mi espalda.
Al salir del baño me visto con tranquilidad y me preparo un desayuno tranquilamente, con música, es más relajante que la locura de la televisión, arreglo mi maletín con todo sobre Santander, hoy nos reuniremos con él. 

Bajando del auto en el estacionamiento del estudio jurídico, comienzo a recordar los últimos dos días, y tengo preguntas que quieren respuestas.
Saludo como siempre a Teresa al salir del ascensor, dejo mis cosas en mi oficina.

Me encuentro a Roberto en la cocinita del estudio jurídico haciendo café.
-¿Quieres café Catalina?- me dice Roberto sin quitar la mirada de su taza de café. 
-No, pero gracias jefe- Es mejor que empiece de una vez con las preguntas -Jefe no sabía que tuviera familia- le lanzo el comentario para que me dé más información y así es, cae, me sonrió, tengo que saber más de Alejandro. Ahora me mira directamente a los ojos con su taza de cafe en la mano, toma un sorbo y responde.
-Sí, tengo sólo un sobrino, Alexander- me dice y luego su mirada se torna triste, se queda mirando la taza de café.
-Yo le digo Alexander, aunque su nombre real es Alejandro Latorre Cox, tiene 38 años, sus padres fallecieron cuando el tenia 20 años en un accidente automovilístico, y me hice cargo de sus estudios, egreso con buenas calificaciones, pero luego quiso irse a México, y comenzó a trabajar en una finca, como hace unos tres años más menos,  no conozco a su jefe, pero según él, dice que es un muy buen jefe, si que no le insistí en investigarlo, pero hay algo que siento raro, bueno tú me entiendes, cuando algo anda mal o que no calza, por eso le obligo a que venga mínimo 2 veces al año a verme, pero, si linda hay un pero, y es que hace años busca a una persona, no me mires así porque él tampoco me ha dicho por qué, ni para qué, me dijo que no me preocupará y que él la encontraría- me mira por un momento y sigue leyendo un informe

Mmmm... así que me busca hace años, qué mierda querrá Santelices? Ahora comenzaba a tener inquietud de por qué me quería encontrar, como una típica mujer, y más si eres abogada, quieres saber toda la historia, tengo que averiguar. Ahora entiendo porque Teresa no me aviso, ay! pobrecita me dio penita.

-Y qué estudió su sobrino?- necesito saber más y quiero saber más.
-Medicina- Qué, es médico???, Catalina escucha- aunque ha ejercido muy poco, tiene además otros atributos, es millonario, tiene bienes raíces y es dueño de un hospital- Entonces porque trabaja para Santelices, si es millonario, no entiendo nada.
-No pongas esa cara mi querida Catalina, si es por lo de millonario, es que mi hermano, siempre quiso ser dueño de un hospital, y cuando conoció a mi cuñada, ella le incentivo a que siguiera sus sueños, ese hospital se maneja solo, no necesita la presencia de mi sobrino, pero si una vez al año, realiza una auditoría por las dudas, los bienes raíces son los que fueron comprando sus padres a través de los años, hasta... que fallecieron- se pone triste con este último comentario, tiene que haberlo querido mucho.
-Pero jefe, no entiendo que siendo millonario, trabaje para alguien- eso es la más desconcertante, que teniendo dinero para tirar al cielo trabaje para otro, y tú Catalina???, emm... yo no sumo en esta suma, es distinto, sí Santelices es millonario, porque mi abuelo lo era, pero al morir él fue traspasado todo a Santelices, y yo me quede con lo puesto, bueno el auto que me regalo mi madre y el departamento que me regalo mi abuelo. Es lo que te dijo ese abogado trucho, en realidad nunca lo investigue es que tener que enfrentarme a Luis Santelices, mejor lo deje tal como me dijo ese abogaducho.
-Así es mi querido Alex, aunque nació en cuna de oro, siempre quiso conocer la otra parte del mundo, y así es como se convirtió en Alexander Cruz, mi cuñada cuando se enteró casi lo mato- y se ríe con ganas
-Por eso le dice Alexander?- y mi jefe asiente, me causa gracia.
-Se invento otra identidad para poder conocer ese otro mundo ...- Mmmm... cuando una persona quiere otra identidad es porque está escapando, de algo, de alguien o de él mismo.
-Don Roberto, ya llego el Señor Santander- Nos interrumpe Teresa.
-Ah ya veo dile que vaya a mi oficina, Catalina acompáñeme y habla tú con él, porque yo... lo mato- si las miradas asesinaran, Roberto Latorre ya lo hubiera matado, y en este instante Santander estaría muerto, y yo estaría en una audiencia de formalización por Homicidio.

-Si, ni un problema- ahora sabrá Santander que si nos chantajeas, tienes que saber que habrá consecuencias, él ya movió sus piezas, e hizo una buena jugada, pero ahora yo defiendo al "Rey" y haré jaque mate.

Nos dirigimos a su oficina y lo vemos ahí sentando como una gran señor, pero ahora seré yo quien tratare con él, no volverá a molestarnos, y menos volverá a chantajearnos.

-Por fin, ya me estaba aburriendo de esperar, ni un café me ofreció tu secretaria, mi querido Rob- Nos dice como si él fuera el jefe, veo a mi jefe ponerse roja su cara de rabia. Me acerco como una leona que va en busca de su presa.
-Mira Adrián, o quieres que te diga Javier?- me queda mirando sorprendido, mientras hago una pausa, porque sé que no se esperaba eso, ni nada de lo que le diré, ja!
-No sé de qué me hablas, niñita- lo dice para que me achique, pero no, esta "niñita" no se achica
-Primero no soy una "niñita", me presento soy abogada de profesión, mi nombre es Catalina Santelices, recuerdalo, porque ningún abogado te querrá defender después que les diga mi nombre, comprendes?- le digo mientras me enderezo para tomar mi postura desafiante.
No me dice nada, esta callado esperando que le voy a decir, comienzo a caminar alrededor de la oficina, haciendo escuchar mis tacones, para darle más suspenso al momento.
-Escúchame bien- le digo acercándome por detrás de él, para hablarle cerca de su oído. -Ya sabemos que no eres Adrián, que te busca la Interpol, que ha engañado, robado y estafado al gobierno, y llegas, nos chantajeas por algo que JAMÁS ha sucedido, porque si, nunca te firmamos nada, y nos falsificaste una firma, además de todo lo que te eh dicho, estaríamos hablando de una falsificación de instrumento privado, así, sólo  con eso, yo creo que tu estadía sería bastante larga en la cárcel, sin contar que el gobierno estaría demasiado feliz en saber que te entregamos. Qué decide?, dejas en paz a mi jefe, le entregas lo que le debes...- me interrumpe el miserable, odio cuando hacen eso.
-YO NO LE DEBO NADA- me grita en la oreja
-Shit Shit, TE CALLAS, que no te eh dado permiso para hablar- le digo ya perdiendo la paciencia y me levanto y camino para que me vea de frente y se dé cuenta que no le temo, -TÚ nos debes setenta millones, y no, no coloques esa cara, porque si no nos pagas eso, todo lo que te eh dicho del cual, obviamente tengo pruebas, las mandare a todos los noticieros, del país y del extranjero, sin mencionar que te demandaremos y le diremos al Consejo de Defensa del Estado, que sabemos de ti, y no sólo será esa indemnización, sino una más alta- le miro con gracia y malicia, miro a mi jefe de reojo y sólo asiente, creo que le ha gustado mi amenaza, porque eso eh hecho, y aunque alguien piense que lo que eh hecho es malo, bueno este hombre, es un asco, quien nos ha dado más de un dolor de cabeza y si no lo tratamos terminaremos con un aneurisma cerebral. Después que le doy un tiempo, comienzo a hablar de nuevo -Qué dice, nos paga o te metemos a la cárcel?, está en tus mando la decisión- me alejo un poco, como dándole espacio para que piense, pero también.
  
-Ok, me han ganado, pero no tengo ese dinero- su cara es inexpresiva, sé que esta mintiendo.
-Ah, no? tú crees que soy tonta?, tú crees que no se que tienes dinero en las islas canarias, y en Suiza?- casi se cae al suelo cuando le doy esa información. Sonrió porque sé que le eh ganado, y no le queda otra que aceptar su derrota. Voy abrir la boca y mi jefe se levanta de su asiento y me toca la muñeca derecha, para que guarde silencio, me enderezo para darle espacio a mi jefe, ahora le toca a él, y yo me siento en el asiento que hace un momento ha utilizado mi jefe.

-Mira, como te llames, me la hiciste grande, pero un pez tan pequeño no se mete con un tiburón, y menos si tiene a esta sirena a su lado, escúchame bien clarito, me depositas ese dinero en un plazo de una hora y te prometo no dar aviso a nadie de lo que hemos conversado aquí- sólo asiente, ya no es el hombrón que llego, ahora parece una ratita asustada, no señores con mi jefe no se metan, porque aunque yo no estuviera el mismo planearía su venganza.

Paso la hora, y mi jefe me llama a su oficina, para mostrarme el monitor del computador, en el que su cuenta ya tenía el dinero acordado.
-Ahora, da aviso a todos, que ese cabrón es un estafador- dice mientras se cruza de brazos en su asiento.
-Pero jefe usted le ha prometido...- levanta su mano derecha, haciéndome guardar silencio. 
-No linda, aprenderá a no meterse con Latorre, conmigo no se juega- Asentí, ahora entiendo, porque lo dejo irse así nada más.

Voy a mi oficina y hago lo solicitado, en dos minutos Javier Santander era el hombre mayor buscado por el mundo, ganamos!. Pero siento que eh mentido, aunque ese hombre nos haya hecho lo que nos haya hecho.
Aunque aún me inquieta saber por qué me busca Santelices.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Catalina y Alejandro - Capítulo 7

***Hoy nos acompaña Alejandro... Espero que les guste***


Cuando veo desaparecer a Catalina al cerrar la puerta de la oficina de mi tío, se me arranca un suspiro por la mierda, y mi tío me mira con una sonrisa en su cara girando su cabeza de un lado a otro.
-Catalina es mi mejor abogada y no la quiero perder, me entiendes?- me dice alzando sus ojos y clavándonos en los míos. 
-Tío, ya sabes, que jamás me interpondría entre una abogada y tu prestigio- le miento, porque me encantaría que pasará de todo.
-No me refiero a eso y tú lo sabes, eres un mujeriego, y no me mires con esa cara Alejandro, qué sabes que te conozco, acaso tú crees que no me di cuenta cuando te caíste al verla?- Maldición, creí que se había olvidado.
-Entiendo tío, pero sabes mejor me voy- voy tomando la manilla de la puerta cuando mi tío, detrás mío me toma el hombro.

Lo que me gano es una larga conversación con mi tío al que no veía hace meses, por buscar a esa muchachita engreída, mi tío me deja claro, que quiere mucho a Catalina, debe ser muy buena para que Roberto Latorre, un soltero empedernido que se haya encariñado con alguien que no fuera de su familia, y comienzo a cuestionar a mi jefe un poco, hay cosas que no entiendo, y que huele raro, pero sólo por curiosidad, ahora tengo que saber, quienes son Mateo y Santiago en la vida de Catalina, aunque está mujer sea una engreída, malhumorada, rabiosa, y... PESADA, me gusta, Dios mío Alejandro ya te enamoraste, Díos el cuerpo que tiene, me vuelve loco y esos ojos que aunque me han mirado con rabia y frustración son hermosos, esa boca, ay! sólo quiero besarla, morderla; PARA HOMBRE, SU FI CI EN TE!!. 
El Abuelo Santelices, ese hombre? es raro Luis Santelices jamás ha mencionado su nombre, ni siquiera cuando me contó la historia de la ida de Catalina, y noto un gran cariño por él. Tengo dudas, lo único que aquí tengo claro, es que Catalina se fue del lado de su padre por malos entendidos, tanto por el lado de  mi jefe y el de Catalina, pero ¿Qué fue lo que paso entremedio? eso debo averiguarlo, para poder entender está historia, ya no es un simple trabajo, me eh llevado años, y por eso considero que tengo el derecho de saber, pero quien me dará la información?

Otra llamada perdida. 
-Maldita sea que no entiende esta mujer que ya no quiero saber nada de ella?-ruedo los ojos.-Por qué me hiciste tan lindo Dios, Ok! eso fue egolatra,pero en serio ya me tiene harto, porque no eh borrado su número?- me pregunto y recuerdo inmediatamente, para no contestarle, pero ha ganado le contestare, mujer odiosa.
Suena el celular y veo en el visor ese nombre tan familiar. 
'Rossy llamando...'. Contesto, es mejor.





-Qué mierda quieres?- le digo despectivo
-Ale querido, que maneras son esas de tratar a una dama?- me dice con esa voz cantarina que odio y me ha dicho "una dama", me rio.
-Rossy, entiende lo de nosotros acabo hace años,siendo exacto con el tiempo han sido 3 años y entiende no quiero saber nada de ti, que parte de eso no te queda claro- le digo malhumorado, mientras apreto mi mano en un puño.
-Ay!, pero Alejandro querido, cómo puedes decir eso, si lo que vivimos fue muy hermoso...- ruedo los ojos, con sólo recordarme me da asco, ya estoy llegando a mi auto, es mejor que me meta dentro.
-Hasta que traicionaste mi confianza metiéndote con mi chofer a la cama- le corto, desde ese día eh preferido manejar yo, pobre hombre quedo sin trabajo, pero en ese momento fue horrible.
-Ay!, si un desliz lo tiene cualquiera- lo dice sin ningún arrepentimiento, como mierda pude fijarme en ella qué fue lo que me enamoro de ella, qué mierda fue?.
-Mira ya es suficiente, te lo eh dicho en TODOS LOS TONOS, pero creo que me falto uno.- Hago una pausa, porque esto lo tenía hace años atragantado, y está vez es mejor que se lo diga, y espero en Dios que le duela tanto como para olvidarme y que me borre de sus contactos. -Rosalía Antonieta Fernández, cuando estuvimos juntos me pareciste una mujer INSOPORTABLE, NECIA, MATERIALISTA Y SIN SENTIMIENTOS POR NADA NI POR NADIE, claro excepto por ti misma, EGÓLATRA COMO TU NO MÁS PODÍAS SERLO, y sin importar eso seguía viendo algo en ti, y sólo era el sexo que me proporcionabas, pero después ya me pareció hasta horrible, de hecho después de ti eh tenido mejores y con mujeres más hermosas que tú, porque sólo debía complacer tus caprichos, y sabes eso cansa.- Escucho como su respiración se va agitando, y sé lo enojada que debe estar pero sigo.-Cuando te vi encamada con mi chofer, no sé como el pobre pudo soportarte, debe haber estado muy necesitado, si hasta me dio pena, pero en ese momento me di cuenta lo zorra que eras, y lo víbora también, por tratar de quitarme las empresas de mis padres, porque si 'querida', sé lo que intentaste, dejarme en la calle, y pense que me tenías cariño que iluso fui. PUTA DE MIERDA- me siento livianito y espero su gritadera y así es en 3... 2... 1... -Mira Alejandro La...- Le corto y sé que eso la enfurecerá aún más, siento como celular explota en mi mano, y la bloqueo totalmente para no recibir nada de ella, ni siquiera un sms o un whatsapp. Que feliz soy. Debí haberlo hecho hace tanto tiempo, si la pelea con Catalina me sacó lo peor de mí, lo bueno que fue bien canalizada.
Por fin pongo la llave en el contacto y ruge mi motor, suena genial, parece un gato ronroneando, me encanta, busco alguna emisora, y comienzo a escuchar una melodía, que me embriaga, y esa letra "y le pido a tu ángel de la guarda que comparta que me de valor y arrojo en la batalla pa ganarla, y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas" Y esa canción me llega a los huesos, la tarareo, y le subo a full el volumen, me gusta, la buscare, quiero tenerla en mi repertorio.
Llego a mi estacionamiento de mi departamento, y debo hacer unas cosas, pero ahora a lo mío. Llamo a mi jefe. No contesta, aprovecho de abrir la puerta y entro reviso si han llegado alguna carta, mi computador por si ha llegado algun mail, nada. 
Llamo nuevamente y espero, al tercer timbrazo me contesta. 
-Jefe eh hablado con su hija, Catalina.- Espero su respuesta, estoy ansioso por su respuesta.
-Me haz alegrado el día mi querido Alejandro- siento su felicidad a través del auricular, me sonrio, es bueno, pero debo darle las malas noticias.
-Pero tengo malas noticias, ella no quiere saber nada de usted, de hecho me conto su parte de la historia- espero, necesito evaluar su reacción, necesito saber su comportamiento, lo malo que no lo estoy viendo para evaluarlo, pero su voz sera un indicador.
-Que!! que mierda te ha contado, NO DEBES CREERLE- Esto me intriga, porque ha reaccionado así, será verdad lo que me conto Catalina?, en realidad se fue por los malos tratos, o paso algo más horrible? Ahora esto se ha vuelto personal, Quiero saber.
-Jefe no se preocupe yo intentare convencerla quédese tranquilo, le aviso cualquier cosa- intento calmarlo, no puede sulfurarse así le hará mal, pero no es la reacción que esperaba.
-Está bien Alejandro, pero ten cuidado Catalina sabe manipular a la gente- Cómo sabrá eso, si la dejo de ver hace 20 años, hay cosas que no encajan, y debo averiguarlas.

-Sí, señor no se preocupe, tendré cuidado-.le corto la llamada, ahora debo hacerle una visita a Catalina, esto tiene algo, y debo descubrirlo, quiero saber que es lo que tiene esa hermosa mujer contra este maravilloso hombre?, que me ha abierto las puertas de su casa y me ha brindado lo que cualquier hombre le gustaría tener la confianza de su jefe, para lo que sea. Tengo que averiguarlo, o realmente Santelices no es la persona que creo?